En esta época del año, cuando el frío se intensifica, aumentan las probabilidades de conseguir una gripe. En ese sentido ¿qué mejor manera para prevenir esta enfermedad que empezando el día con un vaso de zumo de naranja?
Y es que al ser una fruta rica en vitamina C, ayuda a prevenir procesos gripales. Pero no solo eso, tomar un vaso de jugo de naranja en el desayuno ayuda a cargar de energía al cuerpo, lo que puede potenciar nuestro rendimiento durante la mañana, explica la especialista en nutrición Julia Farré de España.
Es ideal también para las personas que están a dieta ya que un vaso aporta solo 82 calorías, y además es una extraordinaria fuente de hidratación ya que aporta un aproximada de 174g de agua por vaso, lo que evita la retención de líquidos y da sensación de saciedad, evitando piqueos durante el día.
Por otro lado, es una fruta con una alta concentración de flavonoides, los cuales ayudan a controlar los niveles de colesterol, por lo que se recomienda su consumo para personas con problemas de colesterol elevado. Y al ser baja en sodio, es buena para aquellos que tienen problemas de tensión elevada.
“También contiene ácido fólico, indispensable para la regeneración de los tejidos y la formación de los glóbulos rojos”, explica Farré.
Eso sí, la especialista recomienda consumir el zumo de naranja inmediatamente después de haberse exprimido, ya que aunque se refrigere, pierde gran parte de su contenido de vitamina C con el tiempo, perdiendo así sus beneficios antioxidantes y sobre el sistema inmunitario.
Cabe recordar que también aporta calcio (31mg), potasio (332 mg) y fósforo (38mg).