Al no tomar desayuno, el cuerpo segrega sus propias sustancias para dar energía al cuerpo. Aumenta la grasa corporal, provoca un hambre irresistible y mayor apetito. Lo que contradictoriamente aumenta de peso.
La grasa que el cuerpo genera debido al ayuno, se localiza en el abdomen, lo que hace que este se vea hinchado, ya que esas “dietas” en las que se ayunan causan los rollitos, que no desaparecen tan fácil.
Para evitar la grasa abdominal, es recomendable tomar desayuno en un máximo de dos horas luego de despertar. Una taza de café o leche acompañada de un pan, tostada o galletas con mantequilla, mermelada o jamón será suficiente.