Parecía el día de «ese otro país», que convocaba a «una marcha en 335 municipios en contra de la crisis y la corrupción del gobierno».
El anfitrión era el líder opositor, Henrique Capriles Radonski, que tiene 3.724.201 seguidores en Twitter, el doble de lo que tiene el presidente, Nicolás Maduro.
Los diarios de El Nacional y El Universal, de oposición, abrían con la marcha en primera plana.
Vendedores de alimentos, cornetas y camisetas amarillas y azules -los colores opositores- se prepararon en la Plaza Venezuela, donde culminaría la protesta.
Hacía sol y 29 grados centígrados en la zona del barrio de Chacao, tradicionalmente de mayoría opositora.
La expectativa por la marcha, entonces, era alta.
En campaña
El líder de la oposición denunció la detención de uno de sus colaboradores.
Faltan dos semanas para los comicios municipales en Venezuela. Serán las últimas elecciones en poco menos de dos años. Los críticos del gobierno las han planteado como un plebiscito y, algunos, se la han tomado como la única salida democrática en su pretensión de llegar al poder.
«Después de las elecciones vamos por ti, Maduro, ¡y con Constitución en mano!», dijo Capriles, vestido con una camisa verde y con su tradicional gorra amarilla, azul y roja.
El también gobernador del estado de Miranda invitó «a todos los que sienten que a este país el gobierno quiere destruirlo».
Lo acompañaron -y tomaron el micrófono- las figuras de la cúpula opositora: el alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, reconocidos diputados y jefes de los partidos de la unidad.
El viernes en la noche Capriles denunció la detención de su coordinador de campaña, Alejandro Silva, por parte de la Dirección de Inteligencia Militar. Y responsabilizó a Maduro.
Silva fue liberado en la noche del sábado, reportó el mismo Capriles, pero la supuesta detención era un elemento central de la marcha.
Es difícil saber cuánta gente llegó a la Plaza Venezuela, porque es una rotonda con parques y avenidas a los lados. Pero las estimaciones están entre 2.000 y 5.000 personas.
Ninguna cadena de televisión retransmitió la manifestación opositora.
El cierre de campaña de Capriles en las últimas presidenciales, el 7 de octubre pasado, convocó a unos 300.000 manifestantes.
El llamado del gobernador tuvo eco en algunos municipios, pero no en los 335 que nombraba su invitación.
Capriles terminó su discurso a las 13:45. La gente se dio vuelta y caminó hacia la estación de metro como si la marcha hubiese sido un trámite.
«Quién dijo que las luchas difíciles son cortas», dijo una manifestante a BBC Mundo.
La gente se montó al metro y los cánticos en el metro de Caracas fueron cosa de unos pocos.
«Esto fue más un mitin político que una marcha», expresó otro de los asistentes.
Electrodomésticos, tabletas, celulares
Mientras tanto, los medios de comunicación públicos reportaban largas colas en el centro comercial Sambil de la capital, donde los precios fueron rebajados este fin de semana.
Hace 15 días, el presidente ordenó al ejército ocupar las tiendas de electrodomésticos, zapatos y textiles, entre otros productos, como parte de una política de «precios justos». Las filas de compradores continúan desde entonces.
El viernes Maduro regaló cientos de tabletas a estudiantes, prometió internet gratis en todas la universidades y lanzó «El Vergatario 3», una nueva línea de los baratos celulares del gobierno.
Mientras tanto Maduro se reunió con la pareja real holandesa.
La oposición interpreta las recientes medidas del sucesor de Hugo Chávez como estrategias de campaña.
Durante la marcha, el presidente se reunió con la pareja real holandesa y posteriormente habló por cadena obligatoria por radio y televisión.
«En esta silla no se sentarán de nuevo», dijo desde su puesto en el centro de la mesa del Salón Néstor Kirchner de Miraflores, lugar donde se reúnen los ministros con el presidente en su palacio.
La marcha opositora no fue transmitida por televisión, el medio de información con mayor audiencia en Venezuela. Globovisión, la cadena que antes se encargaba de promover las consignas opositoras, cambió de línea editorial después de su venta y ahora es considerada parte del cerco mediático del gobierno.
Capriles, en su marcha del sábado, dijo: «Estamos aquí gracias al teléfono que ustedes tienen en la mano», mientras la gente le tomaba fotos con el celular.
Ahora la pregunta para la oposición es dónde están los votos: en Twitter o en las calles.