La piel del contorno de los ojos es cinco veces más fina que la del resto del rostro, que a su vez es cinco veces más fina que la del resto del cuerpo. Es importante señalar que en el contorno ocular hay 22 músculos periorbitales que están en continuo movimiento, por lo que es una piel que se distiende con facilidad.
Según la Asociación Española de Dermatología y Venereología (AEDV), el espesor medio de esa capa de piel está entre 300 y 800 micras, es decir menos de 0,5 milimetros de ancha. Además, hay que tener en cuenta que tiene una menor cantidad de fibras de colágeno, elastina y glándulas sebáceas.
En ese sentido, todos, en algún momento de nuestras vidas, nos hemos visto al espejo y hemos visto un rostro distorsionado por bolsas y ojeras, pero ¿por qué se forman? En primer lugar por factores genéticos, pero para entender mejor su formación, es necesario saber que ojeras y bolsas tienen diferente origen.
“Las ojeras aparecen por la disposición anatómica del seno venoso de la zona (factor hereditario)”, explica la doctora Almudena Royo del Instituto Médico Láser. Es decir que su formación se debe a una disposición morfológica especial, que sumada a una piel tan fina, deja ver la acumulación de sangre, oscureciendo la zona. La falta de hierro también influye, pues su deficiencia resulta en una pobre oxigenación de los tejidos, lo que contribuye a la creación de coágulos en los vasos sanguíneos de la zona ocular. Por ello, expertos recomiendan el consumo de carnes rojas, yema de huevo, verduras de hoja y/o cítricos.
Pero además del factor genético y la falta de hierro, hay una tercera causa: “la pérdida de volumen de la grasa periorbital que hay alrededor de los ojos conlleva la aparición de surcos más oscuros, pigmenta la zona, aumenta la laxitud del párpado y da lugar a ojeras”, explica María José Alonso, dermatóloga de AEDV. Finalmente, la falta de sueño que dilata los vasos sanguíneos y la edad son también factores que producen ojeras, asegura Manuel Ángel Rodríguez Prieto, jefe de servicio de Dermatología del Hospital del Complejo Asistencial Universitario de León (España).
En cuanto a las bolsas, ese antiestético abultamiento de la piel bajo los ojos (que también responde a factores genéticos), “se forman por una pérdida de tono muscular en el músculo y en la piel de párpado inferior, lo que produce un descolgamiento y adelgazamiento de la piel”, explica José González Vidal, oftalmólogo y cirujano plástico ocular de la clínica Miestetic.
Cuando su causa es la retención de líquidos (se distingue al aparecer solo al levantarnos), la doctora Alonso recomienda hacer gimnasia facial. “Apoya los dedos en las sienes y cierre con fuerza el párpado durante 10 segundos; repite la acción diez veces con cada ojo y, al terminar, cierra ambos, relajando los rasgos por un minuto”. Cabe recordar que el consumo excesivo de sal propicia la retención de líquidos.
Pero ¿qué hacer para quitarnos estas molestas imperfecciones del rostro? “El retoque estético más frecuente en hombres jóvenes es la corrección de las bolsas oculares, pues aporta al rostro sensación de cansancio”, explican los expertos. Pero si no quiere pasar por quirófano, existen soluciones caseras muy eficaces. “Los remedios naturales pueden ayudar a frenar la evolución de las bolsas. En general, cualquier acción que produzca eliminación de líquidos ayuda a mejorar la zona ocular”, señala González Vidal.
Dormir bocarriba y con almohada: Dormir bocabajo puede agravar el problema, dado que se entorpece la circulación de retorno. “Dormir con la cabeza un poco más elevada que los pies y utilizar una almohada más gruesa contribuye a que se hinchen menos los párpados durante la noche y, por tanto, retrasa la aparición de bolsas”, explica González Vidal.
Hielo: “El frío contribuye a reducir la congestión de los ojos y, por ende, las bolsas y ojeras”, apunta el especialista. Hay antifaces creados con este fin, que se guardan en la nevera, para ser utilizados en momentos de emergencia. Pero es igual de efectivo envolver hielo con un pañuelo de tela y apoyarlo bajo los ojos por unos minutos, pues las bajas temperaturas reducen la inflamación de los vasos sanguíneos.
Lentes de pepino: “El pepino, si además se utiliza frío, ayuda a descongestionar las bolsas oculares. Aunque tiene un efecto temporal, si lo hiciésemos con constancia todos los días por la mañana, podríamos frenar su progresión”, asegura González Vidal. Esto se debe a las vitaminas del pepino que aplicadas en la piel mejoran la pigmentación, laxitud y arrugas finas.
Un labial rojo: María Soláns, directora de la escuela de maquillaje Mery Make Up, lo ve como el mejor atajo para disimular las ojeras. “Hay que aplicar el labial con una esponjita por toda la zona afectada y difuminarlo con una brocha de maquillaje. Después, se puede extender un corrector compacto a través de golpecitos con el dedo anular, que es el que menos fuerza tiene”, recomienda.