Una misionera estadounidense diagnosticada recientemente con el virus del ébola en África occidental arribó el martes a Atlanta, donde los médicos vigilarán los efectos de una droga experimental que ella aceptó tomar aunque nunca ha sido ensayada en seres humanos.
Nancy Writebol arribó desde Monrovia, Liberia, en un avión privado a la base aérea Dobbins, de donde una ambulancia la llevó al hospital de la Universidad de Emory, vecino a la sede de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades. La bajaron de la ambulancia en una camilla. Tres días atrás, el doctor Kent Brantly arribó al mismo lugar y bajó caminando de la ambulancia.
Los dos pacientes que ahora se encuentran en una unidad de aislamiento en Emory resultaron infectados a pesar de las precauciones cuando atendían a enfermos de ébola en África occidental, donde el virus supera los esfuerzos de los gobiernos por contenerlo y ha matado a 900 personas hasta el momento.
Los médicos en Emory no han divulgado información sobre el tratamiento.
El empleador de Writebol, la obra de bien público SIM, dijo el martes que su estado es grave, pero estable.
El presidente de SIM, Bruce Johnson, dijo que habló con el esposo de Writebol y que éste dijo que la mujer estaba delicada pero mejorando.
David Writebol, quien aún está en Liberia, dijo que la familia consideró hacer arreglos funerarios, pero que ahora se sienten aliviados y cautelosamente optimistas.
También elogió el tratamiento que recibió en Liberia.
SIM dijo que está realizando gestiones para traer de vuelta a David Writebol.
Johnson dijo que SIM ha gastado casi un millón de dólares desde que se diagnosticó a Writebol y Brantly con ébola. Brantly trabaja para el grupo Samaritan’s Purse. Johnson dice que ese grupo ha gastado más de un millón de dólares.
El suero usado en el novedoso tratamiento fue elaborado con fondos de las fuerzas armadas por una compañía de San Diego que usó anticuerpos tomados de ratones inyectados con el virus ébola. Se utilizan plantas de tabaco de Kentucky para reproducirlo.
Si el suero resulta eficaz, podría generar presiones para acelerar los ensayos y la producción y tratar de contener el brote en África. Pero tomaría años demostrar la eficacia de un tratamiento y empezar a producirlo masivamente.
Brantly, de 33 años, y Writebol, de 59, trabajaban en la clínica de unos misioneros en las afueras de la capital liberiana. El brote de ébola más grande que se haya registrado se ha extendido a Guinea, Sierra Leona y a Lagos, Nigeria, una ciudad densamente poblada de millones de habitantes.