La historia de una joven que adoptó la apariencia de un hombre a causa de un trauma infantil y fue después transformada en “princesa” a golpe de bisturí en un programa de televisión ha acaparado una fuerte atención en Corea del Sur, la meca de la cirugía plástica.
Bae So-young, funcionaria del Servicio de Aduanas, fue víctima de acoso sexual y de un intento de violación cuando tenía 15 años.
Esta experiencia le provocó un fuerte trauma, hasta el punto que decidió adoptar la apariencia de un hombre e incluso adquirió comportamientos y voz masculinos para protegerse de ataques similares, según relató en el programa de televisión surcoreano “Let Me In”.
La joven relató que recientemente se dio cuenta de que en realidad deseaba recuperar su apariencia femenina, por lo que acudió a este popular “reality show” en busca de ayuda.
El hospital vinculado al programa practicó sobre la cara de Bae hasta nueve procedimientos distintos que cambiaron completamente su rostro al sustituir sus facciones aparentemente toscas por unos rasgos considerados como los de una “princesa” en Corea del Sur.
Los procedimientos a los que se sometió la paciente incluyen una reducción doble de mandíbula, una rinoplastia, cirugía de pómulos y ojos, “lifting” y ortodoncia completa, entre otros.
“¿Dónde puedo hacerme lo mismo?” o “¿Cuánto cuesta?” son las frases más repetidas hoy en la página de fans extranjeros del programa en Facebook, que en su mayoría alaban el éxito de las operaciones.
Muchos surcoreanos también expresaron su aprobación sobre el resultado en diversos foros locales de internet con expresiones como “es increíble que pueda haber quedado tan guapa” o “me gustaría ser como ella”.
En Corea del Sur, cuya sociedad se caracteriza por una feroz competitividad, cientos de miles de jóvenes se someten cada año a cirugía estética, generalmente bajo la creencia de que mejorar su aspecto físico les abrirá más puertas tanto en el ámbito personal como profesional.