Owen Howkins, un niño londinense de 7 años d edad, sufre desde su nacimiento una rara enfermedad degenerativa llamada Síndrome Jampel Schawartz, que padecen solo 30 personas en todo el mundo, y que hace que sus músculos permanezcan siempre en tensión, algo que le impide moverse con facilidad.
Durante muchos años, los padres de Owen pensaban que su hijo estaba condenado a la soledad y el aislamiento de por vida hasta la llegada a su casa de un perro, llamado Haatchi, que, por su parte, también contaba con una historia de dolor y abandono, informa el periódico británico ‘Mirror’.
Los trabajadores de la organización animalista RSPCA encontraron a un cachorro abandonado junto a una línea del ferrocarril de Londres. El perro estaba gravemente herido tras ser atropellado por un tren y como consecuencias del accidente, perdió una de sus patas traseras y la mayor parte de su cola. Durante mucho tiempo Haatchi no encontró un nuevo hogar y su futuro parecía sombrío, antes de su encuentro con la novia de Will Howkins, el padre del pequeño Owen.
Colleen Drummond, que ha sido la madrastra de Owen desde que el niño cumplió 3 años, aseguró que desde que el perro llegó a su casa, estableció una conexión inmediata con el niño que su familia considera como “amor en estado puro”.
“Owen solía tener miedo a los extraños, pero ahora quiere hablar con todo el mundo sobre Haatchi y quiere salir todo el tiempo a las exposiciones caninas. La diferencia que vemos en él no se puede expresar con palabras”, cuenta Drummond.
“Es difícil de explicar, pero él es especial porque cambió mi vida”, confiesa el niño.