Abraham Bardales es un cashinahua. Está trapeando el piso del hostal Magie, en el distrito de Sepahua, en Ucayali. Ahí duerme y come. “Esa es mi cama”, y señala un colchón tirado y sin tarima. De día barre, limpia baños, tiende ropa; de noche atiende la portería. Recibe, aparte del techo y el plato, cien soles al mes. Es de Miguel Grau, una comunidad nativa.
Abraham no se explica cómo el Sistema de Focalización de Hogares (Sisfoh), la gran base de datos del Estado que determina las zonas y los hogares en pobreza extrema, dice que él sí tiene recursos. Hoy, admitido por el Senati para estudiar Mecánica Electricista, es aspirante a Beca 18. Pero al introducir su DNI en el Sisfoh aparece este mensaje: “No pobre”.
Uno de los requisitos para ser beneficiario de este programa que ayuda a los jóvenes a seguir estudios superiores y técnicos esencontrarse en situación de pobreza o pobreza extrema.
Otro caso es el de Alexander Cahuinti, asháninka. Ha demorado cuatro días para llegar desde Onconashari, su comunidad, a Sepahua. La travesía solo fue posible gracias a que le donaron un pasaje. Huérfano de madre, se reencontró con un padre anciano que apenas camina, ha perdido la visión y no tiene DNI. Superado el examen de Senati para Mecánica Automotriz, postuló a Beca 18. Al introducir su DNI en el Sisfoh aparece: “No registra”.
Yosleydy Canayo es yine. Quisiera ser enfermera, pero si logra una Beca 18 hará Mecánica Automotriz. Su habitación es de cuatro o cinco metros cuadrados, un colchón sobre el emponado y un mosquitero. Ni luz ni agua. El trabajo aquí depende de Pluspetrol y Repsol, pero a su padre, David, no lo llaman desde mediados del 2012. En casa solo queda cultivar la chacra: plátanos para la venta, yuca para la casa, maíz para los pollos. David vende diez racimos una o dos veces al mes, a S/.8. Debe surcar el río hasta Sepahua y, descontando la gasolina que necesita, le quedan S/.32 de ganancia. Por eso lesorprende que al ingresar el DNI de Yosleydy en el Sisfoh aparezca: “No pobre”.
CONTRA EL TIEMPO
En Sepahua, 23 jóvenes postulan, pero solo 7 están inscritos al 100%. La municipalidad invirtió unos S/.25.000 para costear el traslado de cuatro promotores a fin de que los jóvenes dieran el examen de ingreso a Senati y ahora se paga a una especialista para las inscripciones. En la mitad de los casos, el Sisfoh es el freno. En otros, la caducidad del DNI o errores en la inscripción de los apellidos. Pero el tiempo juega en contra, pues el 9 de febrero se cerrarán las inscripciones ordinarias y hasta el 15 tienen plazo las comunidades amazónicas.
Además, Beca 18 marca exigencias que, en medio de la selva, suenan a broma:
– Deben traer fotografía de su casa y de su habitación.
– ¡Pero él no tiene habitación! Y en Onconashari no hay cámaras.
– Que lo haga con su celular.
– Allí no hay celulares. Son pobres. Pobres de verdad.
PRECISIONES
Luis Adauto, alcalde de Sepahua, asegura que las cifras que maneja el Sisfoh se basan en los datos que el INEI procesa en Lima. Él considera que las estadísticas son inexactas.
Durante tres meses, Adauto recabó información de 1.600 familias de Sepahua. El resultado: 85% de pobreza. Trató de validar ese estudio con el INEI, pero no tuvo éxito.
En la actualidad, el Sisfoh viene actualizando datos. En Sepahua, la meta para el 2013 fue recabar la información de 176 familias, pero no se pudo cumplir.
El 93% de jóvenes beneficiarios de Beca 18 en el ámbito nacional se encuentra en provincias.
Durante el 2013, el Estado entregó cerca de 15.000 becas de estudios de pregrado, posgrado y especializaciones internacionales en todo el país. Solo a través de Beca 18 fueron beneficiados 11.500 jóvenes con alto rendimiento académico.
Entre los becarios beneficiados en el ámbito nacional destacan 3.000 licenciados de las Fuerzas Armadas y pobladores del valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro.