Un enigma llamado Michelle Knight

Michelle Knight es una excepción dentro de la excepcional historia del triple secuestro de Cleveland que tuvo a tres muchachas encerradas, y víctimas de abusos, en la casa de Ariel Castro durante diez años. Ellas es, de las tres chicas, la que más tiempo pasó secuestrada en aquella casa.

Ella es la única que permanece en el hospital mientras las demás ya están con sus familias, retomando esa vida que quedó interrumpida hace prácticamente una década. Ella es la que sigue negándose a ver a su familia, aunque ésta haya hecho esfuerzos por ir a verla.

«Está pálida como un fantasma», anuunció Freddie Knight, uno de sus hermanos, tras visitarla inmediatamente después de que fuera rescatada. «Me dijo que estaba muy emocionada por empezar una nueva vida», completó. Eso fue el martes. A día de hoy, sigue sin estar nada claro qué tipo de vida será esa ni cuándo la empezará.

De momento, Knight sigue negándose a ver a su familia. Cuando su abuela, Deborah Knight, voló desde Florida hasta Cleveland esta semana y se le preguntó si había visto a su nieta, la única respuesta fue: «No. A petición suya. No quiere que la vea su familia«. Lo único que ha hecho ha sido hablar con Freddie una vez más. El hospital le transmitió luego su deseo de que la dejaran en paz.

Deborah Knight, la abuela la desaparecida (John Gress/Reuters)

¿Qué pudo haber pasado para que una chica que ha pasado los últimos diez días sola se niegue a ver a su familia en cuanto conoce la libertad? Es difícil decirlo a ciencia cierta. Lo único que se sabe es que Michelle era madre antes de ser secuestrada: de un chico que hoy tiene 13 años llamado Joseph Knight, que fue el resultado de una violación. Cuenta Deborah que perdieron la custodia al poco de que naciera y no han vuelto a saber de él.

También es cierto que la familia de Michelle fue la única de las tres que no prolongó la investigación del FBI y la policía sobre su paradero, al estimar que les había abandonado por decisión propia. (El secuestro tuvo lugar poco tiempo después de que Michelle perdiera la custodia de su hijo.)

La familia insiste, sin embargo, en que eso no fue óbice para que ellos siguieran buscando a Michelle a lo largo de los años. Su madre, Barbara, sostiene que no pararon de colgar carteles por el barrio (incluida la casa en la que resultó estar recluida). Y añade que si su imagen desprende cierta despreocupación por el paradero de Michelle es porque su nombre no estaba incluido en las vigilias que se celebraban cada año en Cleveland para honrar a las desaparecidas. Y, como ha dicho CNN, las chicas seguían las vigilias por televisión, por lo que es posible que Michelle se llevara la idea errónea.

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