Una historia de horror que conmueve a EEUU y al mundo

Tocaba el bajo en bandas de salsa y merengue. Estacionaba en la calle el autobús escolar que manejaba. Sacaba a pasear a los niños en su motocicleta. Y cuando se hizo una vigilia para recordar a dos jóvenes desaparecidas hace varios años, Castro estuvo presente y consoló a la madre de una de ellas.

Ariel Castro, de 52 años, principal sospechoso del secuestro de tres jóvenes durante casi una década y propietario de la casa donde fueron halladas el lunes, enfrentará cuatro cargos por secuestro y tres por violación, indicó el fiscal asistente de Cleveland, Victor Pérez. Los los hermanos de Ariel (52), Pedro y Onil (50), quienes también se encuentran detenidos, no enfrentan por el momento cargos.

El barrio donde estuvieron secuestradas las mujeres es humilde, tiene negocios que venden computadoras usadas, se alquilan muebles y abundan las personas con tatuajes. Cuenta con una gran comunidad puertorriqueña y todos se conocen. El gran interrogante es cómo puede ser que en un sitio como este haya sobrevivido semejante secreto durante tanto tiempo.

Una posible respuesta es precisamente que se trata de un sitio pobre, donde la gente se maneja con cautela y trata de evitar problemas. Y donde la policía no siempre responde cuando se la necesita.

La policía expulsó a la mayoría de los vendedores de drogas y de las prostitutas, según los residentes. Los vecinos conversan en las puertas de sus casas, se cuentan chistes y beben algo. “Es bastante agradable. De noche cambia, pero eso pasa en todos lados. De todos modos, podría ser mejor”, manifestó Richard DeJesús, un vecino.

Al mismo tiempo, la gente no se mete con los demás.

“Antes abundaban las drogas. Si te metías donde no correspondía, podías resultar lastimado. Vienen y queman tu casa. Por eso la gente se cuida”, señaló DeJesús.

“Sabemos todo lo que pasa, pero no hablamos de esas cosas”, afirmó Juan Pérez, quien vive en la misma cuadra que Ariel Castro. “Nos dedicamos a la familia. Hay alguna gente sospechosa de la que uno no sabe nada”.

CASA DEL HORROR   
Ariel Castro era amigo del padre de Gina DeJesús, una de las mujeres halladas en su casa, y participó en su búsqueda luego de su desaparición. También tocó música en un acto de recaudación de fondos en su honor.

Tito DeJesús, tío de Gina, dijo que tocó en algunas bandas con Castro en los últimos 20 años. Recuerda haber ido a la casa de Castro luego de la desaparición de su sobrina y no haber notado nada raro, solo que tenía pocos muebles y estaba llena de instrumentos musicales.

Un hijo de Ariel Castro, Anthony Castro, dijo que habla con su padre unas pocas veces al año y que rara vez visita su casa. La última vez que fue a la vivienda, hace dos semanas, su padre no lo dejó entrar.

“La casa siempre estaba cerrada con llave”, declaró al diario. “Había habitaciones a las que nunca pudimos ir. Había candados en el sótano, en el ático, en el garaje”.

“En otro barrio, tal vez la gente se hubiese preguntado por qué tenía las ventanas siempre tapadas y hubiera llamado a la policía”, dijo Samad. El director de seguridad de la municipalidad Martin Flask sostuvo que la policía no tiene registros de denuncias.

LA POLICÍA FALLÓ   
Eso no tiene sentido para Lupe Collins, amiga de las familias de las víctimas. “En el barrio todo el mundo hizo lo que tenía que hacer”, aseguró. “La policía no hizo su trabajo”.

Juan Pérez, quien vive en la misma cuadra, dijo que conoce a Castro desde hace décadas. “Siempre se lo veía feliz, bonachón, respetuoso”, señaló Pérez. “Se ganaba la confianza de los niños y de sus padres. Eso pasa solo si eres buena gente”.

Relató que Castro tenía un vehículo todo terreno y una motocicleta en los que sacaba a pasear a los niños. Nada hacía pensar que pasase algo raro, agregó. Según el archivo personal de Castro del distrito escolar de Cleveland, fue contratado en 1990 como conductor tras decir en su solicitud que le gustaba trabajar con los niños.

El archivo incluye detalles de su despido, aprobado por la junta escolar el año pasado, después de que dejó desatendido el autobús por varias horas.

Un pariente dijo que su familia está “tan sorprendida como el resto de la gente”.

Hay quienes opinan que la comunidad debe mantenerse alerta. “Tengo hijas y trabajo dos turnos. Le dije a mi esposa que no salga de la casa”, afirmó Christian Ortiz, vecino de Ariel Castro.

  LA POLICÍA ENCONTRÓ CADENAS Y SOGAS   
Varios vecinos afirmaron haber llamado a la policía para informar sobre actividades sospechosas en la vivienda en un barrio del lado oeste de Cleveland, donde Amanda Berry, Gina DeJesús, Michelle Knight y la hija de 6 años de Berry escaparon de sus captores.

Amanda Berry llegó el miércoles al hogar de su hermana, donde su familia pidió que se respete su privacidad.

La policía dio a conocer detalles de la inspección a la casa en donde las mujeres eran retenidas, incluido el hallazgo de cadenas y sogas que fueron utilizadas para atar a las víctimas. Informó asimismo que no se encontraron restos humanos.

A las mujeres se les permitía salir de la casa “muy raramente” durante su cautiverio y “eran soltadas en el patio trasero de vez en cuando”, declaró el jefe de policía de Ohio.

Nacido en Puerto Rico, Ariel Castro tocaba el bajo en bandas de música latina de la zona. Los registros muestran que se divorció hace más de una década y que su ex mujer ha muerto. Se sabe que tiene al menos una hija adulta y un hijo.

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