La jefa de gobierno de Tailandia, Yingluck Shinawatra, disolvió hoy el Parlamento tras semanas de protestas y la ocupación por parte de los seguidores de la oposición de instituciones estatales.
En un discurso televisado, Shinawatra dijo que su gabinete seguirá al frente de la gestión gubernamental hasta que dentro de máximo 60 días se celebren los comicios anticipados, que se realizarán el próximo 2 de febrero.
La oposición no confía mucho en este adelanto electoral, ya que gracias al apoyo de la población rural, el partido gobernante está seguro de que volverá a triunfar en las urnas
En tanto, más de 100,000 manifestantes desfilaron hoy por las calles de Bangkok y se congregaron en los alrededores de la sede del gobierno. El líder de las protestas, Suthep Thaugsuban, había anunciado que este lunes era “el día de la decisión”, un último y decisivo intento de derrocar al gobierno mediante protestas masivas.
“Ya es suficiente”, dijo Thaworn Senneam, uno de los líderes de las protestas en respuesta al anuncio de Yingluck. Los manifestantes exigen una profunda reforma del sistema político del país, así como la dimisión de la jefa de gobierno y la instalación de un gobierno de transición conformado por tecnócratas.
Desde hace semanas, los opositores protestan contra el gobierno, al que consideran corrupto y acusan de malgastar el dinero. El enojo se dirige sobre todo contra el ex primer ministro Thaksin Shinawatra, que es el hermano mayor de la actual jefa de gobierno.
No es ningún secreto que es él quien sigue moviendo los hilos del gobierno desde el extranjero. “Hoy Tailandia se tiene que librar del régimen de Thaksin”, dijo el líder de las protesas Suthep.
La oposición rechaza que se celebren las elecciones de inmediato porque considera que el gobierno, gracias al apoyo de los agricultores, obtendrán una victoria. Thaksin se aseguró la mayoría de votos de la pobre población rural mediante las subvenciones al cultivo del arroz.
La jefa de gobierno afirmó en su discurso televisivo que decidió dar ese paso porque “el Parlamento no quiere que Tailandia ni los tailandeses sigan sufriendo pérdidas. Tailandia ya ha perdio mucho”, dijo. Hace una semana, durante las protestas, la Policía empleó cañones de agua y gas lacrimógeno. Murieron cuatro personas y más de 260 resultaron heridas.
Además, “la disolución del Parlamento es una práctica corriente en los sistemas democráticos de todo el mundo”, explicó Yingluck.
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