Las personas que padecen el trastorno límite de personalidad (TLP) o “borderline”, como la actriz peruana Anahí de Cárdenas, suelen tener un carácter inestable, poca tolerancia a la frustración y toman decisiones riesgosas; pero con la medicación respectiva pueden llevar una vida normal, aseguran médicos especialistas.
Según la psiquiatra y psicoterapeuta de familia Doris Cáceres Vargas, del Hospital Nacional Dos de Mayo, una persona con ese problema suele mostrar poca capacidad de análisis, impulsos no controlados y un estado cambiante de humor y agresividad.
“Un ‘borderline’ podría ser mitómano (mentiroso compulsivo) y proclive a las adicciones. Además, al tener poco manejo de sus impulsos se torna violento”, comentó a la Agencia Andina.
Otro rasgo que caracteriza a las personas afectadas por ese trastorno es su poca tolerancia a las frustraciones. “Puede suceder que un ‘borderline’ atraviese un problema y pelee con alguien, por ejemplo, en la universidad; entonces es capaz de abandonar sus estudios debido a esa situación, pues no puede afrontar con facilidad una frustración”.
Pero también son manipuladoras y hábiles para manejar a los demás según su conveniencia e interés, agregó la especialista.
Anotó que antes la ciencia consideraba que este problema era una forma de bipolaridad; sin embargo, después de estudios diversos se sabe que tienen alguna asociación, pero no es el mismo padecimiento.
Existen diferencias, porque ahora se conoce que la bipolaridad está genéticamente determinada; mientras que el “borderline” no tiene asociado un factor genético, sino que más bien implica la formación que recibe la persona.
“Este trastorno está relacionado con la crianza complaciente y sin límites que recibe la persona, a lo que se suma su fuerte temperamento”, indicó y añadió que las primeras señales empiezan a aparecer a los 15 años de edad, aproximadamente.
No obstante, Cáceres Vargas afirmó que una persona “borderline” sí puede hacer una vida normal, si recibe la medicación respectiva al igual que una psicoterapia cognitiva conductual, cuyo objetivo es modificar el comportamiento.
Destacó que en los últimos tiempos muchas figuras públicas se han animado a revelar los trastornos que padecen, para ayudar a otras personas que también atraviesan estos problemas y no saben qué hacer. “Incluso dan su testimonio en conferencias y nos ayudan a los especialistas a mejorar el tratamiento”.
La psiquiatra dijo que esto es un avance en pos de eliminar el estigma que se tiene frente a los problemas de salud mental en el Perú. “Nadie debería avergonzarse de padecer un trastorno mental, ni de tener una dolencia física; pero hay un estigma social, lamentablemente, que se debe eliminar”.
Por ello, insistió en que sí es posible hacer una vida profesional y familiar normal, pese a ser “borderline”. El especialista que ve esta enfermedad es el psiquiatra, pues la patología es de orden neuroquímico.
Vía Twitter, Anahí de Cárdenas reveló que sufre de este trastorno, así como depresión, y que se animó a contarlo, pese a la oposición de su madre, porque quiere demostrarles a quienes tienen el mismo problema que, siguiendo un tratamiento, pueden llevar una vida normal.