Bryan Peacker es un joven de origen peruano residente en el estado de Florida que ha recibido una beca de 100.000 dólares para estudiar en la Universidad de Harvard con el sueño de convertirse en médico y algún día volver a su país para atender a los más necesitados.
Peacker es uno de los cuatro estudiantes latinos que este año han ganado la beca nacional HACER, otorgada por la organización Ronald McDonald House Charities, para ayudarlos a financiar su educación universitaria.
“Yo llegué a los 7 años sin saber inglés, mi primer reto fue aprender el idioma. Cuando estaba en ese proceso mi papá se enfermó del ojo y yo lo acompañaba al oftalmólogo donde había unos panfletos que empecé a leer y a interesarme en cómo funcionaba ese órgano”, dijo a Efe Peacker, graduado de Cypress Creek Senior High School de Orlando.
El joven asegura que esos panfletos le descubrieron el fascinante mundo de la ciencia, además de ayudarlo a mejorar su inglés.
“Así nació mi interés por la ciencia que se alimentó en la escuela. Por eso ahora estudiaré en la universidad biología molecular y después me gustaría ser doctor, quizás oftalmólogo, me fascina cómo funciona el ojo”, explicó.
Este joven estudiante es uno de los miles en este país que cada año eligen seguir las denominadas carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), un reto para el cual asegura existe apoyo y recursos si los alumnos los buscan.
“Por ejemplo a mi me dieron un premio a nivel estatal que me llevó a una conferencia nacional con estudiantes como yo y nos hablaron sobre las carreras; también hay oportunidades para las minorías y las mujeres, dos grupos poco representados en este campo”, afirmó.
Este joven, cuyos padres emigraron para buscar un mejor futuro para sus hijos, reconoce que las carreras de ciencias no son las más populares entre los jóvenes, quienes con frecuencia creen que son difíciles, pero él se ha empeñado en cambiar esta percepción involucrándose en la enseñanza a otros jóvenes.
“Durante muchos años he dado tutorías de matemáticas y ciencias a niños y jóvenes. Por mi experiencia, he podido confirmar que una vez que encuentren a alguien que les guíe y lo entienden se dan cuenta que toma un poco de trabajo, pero no es imposible. Creo que más personas deberían involucrarse en ayudar a otros a amar las ciencias”, opinó.
Peacker es un activo miembro de su comunidad en el área de la enseñanza y cree que para que estas carreras sigan creciendo se necesita que las personas se comprometan a guiar a los jóvenes, tanto dentro de las escuelas como fuera de ellas, ayudando a encontrara los recursos para continuar los estudios.
“Los recursos existen pero hay que buscarlos, por ejemplo esta beca HACER me ha dado la oportunidad de hacer mi sueño realidad de estudiar en una de las mejores universidades, que mis padres no hubieran podido pagar”, afirmó.
Pero ganar esta beca a la que aplican miles de estudiantes supone cumplir con un riguroso proceso que toma en cuenta los logros académicos, el servicio comunitario y las necesidades financieras de los estudiantes.
“Además del trabajo comunitario que siempre he hecho, en mi ensayo para esta beca expresé mi deseo de convertirme en médico para seguir ayudando y algún día volver a mi país para atender a las personas que lo necesitan”, afirmó.
Este joven, que al salir de la escuela acudía a otra para dar tutoría a niños autistas, afirma que su pasión por las ciencias le ha ayudado a seguir el camino de ponerlas al servicio de quienes las necesitan, por eso su deseo de ser médico.
“Mis padres me inculcaron el valor de ayudar, porque uno nunca sabe lo que están sufriendo los demás y tanto a ellos como a mí, cuando hemos pasado tiempos difíciles, nos hubiera gustado contar con alguien que nos dé una mano”, finalizó.