La catástrofe del Boeing malayo trae a la memoria una serie de provocaciones de algunas potencias occidentales para justificar posteriores agresiones. Para provocar una guerra, Occidente estuvo dispuesto a sacrificar incluso a sus propios ciudadanos.
He aquí cinco ejemplos de ello.
La explosión del acorazado estadounidense Maine en febrero 1898
Desde el momento de su fundación, Estados Unidos siempre ha sentido que sus fronteras le venían pequeñas. Así, a mediados del siglo XIX, EE.UU. se apoderó de gran parte del territorio mexicano y a finales de ese siglo llegó el turno de los restos del imperio colonial español. El pretexto de la guerra contra la otrora poderosa potencia europea fue la explosión del acorazado Maine en la bahía de La Habana, en febrero de 1898, en la que murieron 254 marineros y 2 oficiales, del total de 355 tripulantes de la nave.
Sin esperar el resultado de una investigación, la prensa sensacionalista de William Randolph Hearst publicó al día siguiente este titular: “El barco de guerra Maine partido por la mitad por un artefacto infernal secreto del enemigo”.
Algunos de los documentos desclasificados por el gobierno de EE.UU. sobre la Operación Mangosta (proyecto para la invasión de Cuba posterior al fracaso de Bahía de Cochinos en los años 60 del siglo XX) avalan la polémica hipótesis de que la explosión fue causada en realidad por el propio gobierno de EE.UU. con el objeto de tener un pretexto para declarar la guerra a España.
La conclusión de la investigación llevada a cabo por Estados Unidos en aquel entonces dijo que bajo la parte inferior de la nave se colocó una bomba, cuya explosión detonó las municiones del buque. Sin embargo, en 1976, el almirante estadounidense Hyman Rickover (de origen ruso), publicó el Informe Rickover, después de llevar a cabo una investigación desde 1969 sobre las posibles causas del hundimiento del Maine, en el que deja claro que el incidente fue por causas internas y no a consecuencia de una bomba colocada por los españoles.
De cualquier modo, a finales del siglo XIX España no era rival para Estados Unidos y el suceso hizo que comenzara la Guerra Hispano-Estadounidense, que con posterioridad se extendió a otras colonias españolas como Puerto Rico, Filipinas y Guam y que terminó con el hundimiento de lo poco que quedaba del imperio colonial español.
El incidente del banco Dogger, o incidente de Hul, 1904
Durante la guerra ruso-japonesa de 1904-1905, la flota rusa del Báltico recibió la orden de navegar más de 23.000 millas naúticas desde sus bases en el mar Báltico hasta el mar del Japón para auxiliar a la Primera Flota del Pacífico, sitiada por los japoneses en la rada de Port Arthur. Debido a informes erróneos sobre la presencia de torpederos y destructores japoneses (la mayor parte de buques de guerra de Japón se fabricaban en el Reino Unido y allí mismo se entregaba a tripulaciones japonesas), y por el nerviosismo general de los marinos rusos, 48 pesqueros indefensos fueron atacados por los rusos a miles de millas de las aguas enemigas, muy cerca de las islas británicas.
El vicealmirante ruso Zinovi Rozhdéstvenski, bajo cuyo mando estaba la escuadra, poseía datos de inteligencia sobre posibles provocaciones de los destructores enemigos. La situación se vio aún más agravada por el hecho de que el Reino Unido apoyaba a los japoneses y la escuadra tenía que navegar sin acercarse demasiado a las islas Británicas.
En este sentido, se adoptaron estrictas medidas de seguridad. En particular, se le permitió abrir fuego contra embarcaciones sospechosas de bloquear la ruta de la flota rusa, en caso de que no obedecieran las órdenes de su mando.
La noche del 22 de octubre de 1904 el carguero militar Kamchatka envió un mensaje, según el cual estaba siendo atacado por destructores no identificados. En medio de la densa niebla de la mañana, los buques rusos abrieron fuego contra el supuesto enemigo, pero después se descubrió que este eran goletas pesqueras británicas. Un pesquero fue hundido y algunos miembros de su tripulación murieron. En el caos que se desató también recibió impactos el crucero ruso Avrora, registrándose también víctimas mortales (algunos años después este mismo buque disparó contra el Palacio de Invierno se San Petersburgo durante el golpe de Estado bolchevique de 1917).
Londres era perfectamente consciente del movimiento de la escuadra rusa. Sin embargo, las autoridades británicas no avisaron a sus pescadores de que en la zona estaban navegando barcos de guerra.
El incidente, que se produjo cerca de la ciudad inglesa de Hull, causó gran indignación en la ‘señora de los mares’ que no tardó en exigir el regreso de la escuadra rusa a Kronshtadt (la principal base rusa en el Báltico). Rozhdéstvenski, por supuesto, se negó a obedecer los decretos de Londres.
El incidente incendió los ánimos contra los rusos: la escuadra de Rozhdestvenski fue apodada ‘la flota del perro rabioso’ y los puertos neutrales en los que se había programado su reabastecimiento durante el viaje se negaron a recibirla (posiblemente bajo presiones de Gran Bretaña) y sólo una intensa negociación diplomática impidió que la Royal Navy zarpara en busca de la flota rusa. El incidente del banco Dogger fue uno de los muchos factores de desgaste que, a la larga, contribuyeron a la derrota de la escuadra rusa en la batalla de Tsushima.
La Comisión Internacional de Investigación de La Haya dispuso en febrero de 1905 que aunque los rusos tuvieron la responsabilidad de abrir fuego contra naves pesqueras, “no hay razones para dudar de las cualidades militares o humanas del almirante Rozhdéstvenski o de los integrantes de su escuadra”. Rusia aceptó el pago de 65.000 libras esterlinas de indemnización. La posible presencia entre buques pesqueros de destructores japoneses no fue objeto de investigación.
El hundimiento del crucero estadounidense Lusitania
El hundimiento del crucero de pasajeros Lusitania es uno de los peores desastres marítimos en la historia de Estados Unidos. El 7 de mayo de 1915, a 19 kilómetros de la costa de Irlanda, el barco fue torpedeado por un submarino alemán. Las víctimas mortales de la tragedia fueron 1.198 personas. Este incidente dio lugar a la entrada de EE.UU. en la Primera Guerra Mundial.
En febrero de 1915, Alemania declaró las aguas cercanas a las islas Británicas como zona de guerra y advirtió que iba a hundir todos los barcos que navegaran por la misma. El mando militar alemán trató así de socavar la supremacía de Gran Bretaña en el poder naval y de bloquear los suministros de alimentos y de materiales para la industria del país.
El 22 de abril la embajada de Alemania en Estados Unidos notificó oficialmente la posibilidad de destrucción de los buques que navegaran por aquella zona bajo la bandera del enemigo. Sin embargo, una negligencia o una provocación deliberada causaron la muerte de la mayoría de las personas a bordo del mencionado barco de pasajeros. Después de este incidente, la resistencia de los “aislacionistas” que se oponían a la intromisión de Washington en los asuntos del Viejo Continente, se rompió, y Estados Unidos participó en la guerra en Europa. Más tarde se reveló que además el barco estaba cargado con municiones.
Provocación o Incidente de Gleiwitz del 31 de agosto de 1939
En 1939, la Alemania nazi, que ya había invadido Austria y los montes Sudetes, en la República Checa, estaba dispuesta a dirigir todo su poderío militar acumulado contra Polonia, país que había firmado con Gran Bretaña y Francia un tratado de ayuda mutua en caso de agresión. En virtud del tratado, los países se comprometían a intervenir en la guerra en caso de ser atacado alguno de los países-firmantes.
A fin de justificar un ataque contra el Estado vecino se desarrolló una operación de falsa bandera, ordenada por el entonces jefe de la Policía secreta, Reinhard Heydrich, tras la que Alemania invade Polonia sin previa declaración de guerra el 31 de agosto de 1939.
Soldados alemanes vestidos con uniformes polacos organizaron un ataque contra una estación de radio en Gleiwitz, para luego difundir un mensaje en la que se animaba a la minoría polaca de Silesia a tomar las armas contra Adolf Hitler. Como ‘prueba’ del ataque, los nazis asesinaron y vistieron con uniformes polacos a algunos prisioneros de campos de concentración.
El 1 de septiembre Hitler comunicó a su pueblo el incidente y anunció que Alemania declaraba la guerra a Polonia.
Esta provocación dio lugar a seis años de sangriento conflicto mundial en el que murieron 65 millones de personas.
Hasta los juicios de Nüremberg, cuando fueron desclasificados documentos secretos de las SS, no se supo realmente lo que había ocurrido aquel día.
El incidente en el golfo de Tonkin, agosto 1964
En agosto de 1964, el presidente de Estados Unidos, Lyndon Johnson, dijo que fuerzas norvietnamitas habían lanzado dos ataques contra destructores de EE.UU. en el golfo de Tonkin.
El 2 de agosto, el destructor Maddox detectó tres torpederos que se le acercaban. Según Washington, el buque se encontraba en aguas internacionales, pero varios historiadores han encontrado razones para creer que el destructor estadounidense estaba navegando (deliberadamente o no) en las aguas territoriales de la República Democrática de Vietnam. Estalló un combate, en el que la nave estadounidense contó con el apoyo de un avión de combate F-8 Crusader. En resultado, los barcos de guerra de Vietnam del Norte resultaron dañados y se retiraron, mientras que el destructor estadounidense no sufrió daño alguno.
El segundo incidente, que según la versión oficial de Estados Unidos, colmó la paciencia del presidente Johnson, se produjo durante una tormenta tropical en el golfo de Tonkin, cuando el radar de un destructor estadounidense, supuestamente, detectó a 10 naves no identificadas. Los aviones de combate estadounidenses que despegaron de inmediato no encontraron fuerzas enemigas, pero los altos mandos de Washington ya habían recibido un parte militar de agresión y no parecían dispuestos a esperar su confirmación.
El 7 de agosto de 1964, el Congreso autorizó al presidente una operación militar a gran escala en Vietnam.