Este fumador empedernido de Turquía se puso una jaula metálica en la cabeza. Tras pasar
de la mitad de su vida esclavizado por el cigarrillo tomó medidas drásticas.
Su padre murió por el cáncer de pulmón que le provocó el consumo del tabaco, desde entonces Ibrahim intentó dejar de fumar pero sin ningún resultado. Consumía ya 2 cajetillas diarias, era urgente encontrar un remedio. Y la jaula fue la solución
Y aunque al principio era algo vergonzoso para la familia con el tiempo se dieron cuenta de que era el único medio que permitiría a Ibrahim dejar el tabaco. Ahora él sigue siendo la novedad del barrio al causar curiosidad y sorpresa en los vecinos, especialmente en los niños como comenta Rt.
Después de todo, lo que importa es la salud de Ibrahim. Además no le impide realizar otras actividades importantes para él como trabajar, leer el Corán o tomar bebidas a través de una pajilla.