En los últimos días partidarios y detractores del cantante Justin Bieber han mantenido una discusión sobre el trato que recibió el artista canadiense por parte de las autoridades estadounidenses después de ser detenido conduciendo sin licencia y bajo los efectos del alcohol y las drogas en Miami, Florida.
Organizaciones que se dedican a la defensa de los derechos de los inmigrantes han aprovechado este caso para denunciar el trato desigual que, según aseguran, reciben los inmigrantes en Estados Unidos dependiendo de su origen racial y socioeconómico.
Argumentan que los delitos que se le imputan a Bieber por los hechos ocurridos en Miami, sumados a otros problemas con la ley que el artista ha tenido en los últimos meses —como la denuncia presentada en California por los supuestos destrozos que Bieber causó en la casa de uno de sus vecinos— hubieran sido suficientes para que las autoridades iniciaran un proceso de deportación contra cualquier otro inmigrante.
El desacuerdo que existe sobre la manera en la que está siendo tratado este caso se ha puesto de manifiesto con las más de 200 mil firmas recogidas en una semana en una petición ciudadana presentada ante la Casa Blanca para que se deporte a Bieber.
Otra de las iniciativas que está teniendo gran repercusión es la que están realizando a través de las redes sociales jóvenes inmigrantes, muchos de ellos de origen hispano, y que busca denunciar el “racismo” que dicen existe en las políticas migratorias de EEUU.
La campaña, denominada como #Undeportable (no deportable en español), insta a los participantes a que se tomen fotos y luego las editen, cambiando su apariencia en las mismas, dibujándose el cabello rubio y los ojos azules.