Recuerdas todas las veces que te dijeron que los videojuegos arruinarían tu cerebro? Pues una investigación conducida en la Universidad de Oxford, en Reino Unido, indica que una sesión diaria de una hora de videojuegos ayuda al desarrollo de niños de 10 a 15 años de edad.
¿Por qué sólo una hora? Según el equipo liderado por el doctor Andrew Przybylski, el límite de los efectos benéficos de los videojuegos es de 60 minutos. Más tiempo que este podría ser, de hecho, perjudicial.
El estudio publicado en el portal especializado Pediatrics.com, se llevó a cabo analizando las respuestas de 5.000 niños británicos de los que, al menos 75% juega videojuegos diariamente, en relación a aspectos como estado de ánimo, capacidades sociales y de enfoque de atención.
Tras varias entrevistas, los niños que jugaban más de tres horas al día revelaron tener menos capacidades sociales, importantes problemas emocionales y mayor hiperactividad que los que disfrutaban menos de 60 minutos detrás del control de su consola, lo que demostró que, de hecho, una sesión controlada de Xbox, PlayStation, PC o un dispositivo móvil es más sana que perjudicial.