La NASA confirmó este jueves el descubrimiento en la constelación del Cisne de un planeta de un tamaño aproximado al de la Tierra en el que podría existir agua en forma líquida: el Kepler-186f.
El telescopio espacial de la NASA Kepler, lanzado en 2009, ha sido responsable de este último hallazgo cósmico. De hecho, gracias a este telescopio se conoce que en realidad es muy común hallar planetas del tamaño de la Tierra en nuestra galaxia, apunta un artículo del portal Policy.mic. Sin embargo, la mayoría de ellos son demasiado calientes o demasiado fríos como para ser habitables. Es el caso de Kepler-20e, un planeta del tamaño del nuestro en el cual la temperatura de la superficie ronda los 1.400 grados.
Un ‘primo’ de la Tierra
El santo grial para los ‘cazaplanetas’ ha sido encontrar un planeta de un tamaño y una composición similar a la Tierra. Aunque todavía no se ha hallado ese planeta, Kepler-186f parece, por el momento, ser el candidato perfecto. Según los expertos, puede que no sea un gemelo de nuestro planeta azul, pero sí un primo.
“Hemos encontrado un planeta del mismo tamaño que la Tierra que recibe una cantidad similar de energía pero que orbita alrededor de una estrella muy diferente, así que en lugar de hablar de un ‘gemelo de la Tierra’ deberíamos decir que hemos descubierto un ‘primo de la Tierra’”, afirmó el científico de la NASA Thomas Barclay.
El telescopio Kepler también ha descubierto muchos planetas en las denominadas ‘zonas habitables’ de sistemas estelares. No obstante, muchos de ellos, como Kepler-22b, son mucho más grandes que la Tierra y, de acuerdo con los científicos, es poco probable que estos planetas tengan superficies rocosas y seguramente las componen capas líquidas o gaseosas. Aunque los científicos desconocen la composición de Kepler-186f, las observaciones realizadas de otros exoplanetas sugieren que aquellos planetas cuyas dimensiones son similares a las de la Tierra son más propensos a tener una composición rocosa.
Tamaño ideal y distancia necesaria de su sol, pero…
Cuenta con el tamaño adecuado y se encuentra a una distancia adecuada de su sol, ¿significa eso que en Kepler-186f podría haber vida como en la Tierra? Según los científicos, estas características no garantizan que un planeta sea habitable. Así, es crucial recopilar más información para dar una respuesta a esa pregunta.
Uno de los datos más importantes es conocer la composición de las atmósferas de exoplanetas como Kepler-186f. Y es que la atmósfera desempeña un papel clave para determinar si protege la superficie de la radiación solar, si regula la temperatura del planeta y si es habitable o no. Venus, por ejemplo, es de un tamaño similar a la Tierra y orbita dentro de una zona habitable, pero su atmósfera, compuesta en su mayor parte por dióxido de carbono y una pequeña cantidad de nitrógeno, es 90 veces más pesada que la de la Tierra y es demasiado calurosa para la vida.
Esperanza puesta en el telescopio espacial James Webb y el TESS
En el año 2018 se lanzará al espacio el telescopio espacial de nueva generación James Webb, que precisamente estudiará la atmósfera de los exoplanetas situados fuera del sistema solar. Lamentablemente, parece poco probable que dé a conocer pronto si Kepler-186f es habitable, dado que este se encuentra a 500 años luz de la Tierra. Esto significa que la luz de su estrella es demasiado tenue como para que se logren recoger los detalles sobre su luz necesarios para descifrar más rasgos de este exoplaneta.
Sin embargo, se espera que el Satélite de Sondeo de Exoplanetas en Tránsito (TESS por sus siglas en inglés), pueda ayudar a revelar el misterio del planeta recién descubierto. El TESS buscará a partir de 2017 planetas de varios tamaños, desde gigantes gaseosos hasta planetas análogos a la Tierra, en las zonas potencialmente habitables de varias estrellas.