El hambre en México no es sólo una consecuencia de la escasez de alimentos, sino que es el resultado de una desigualdad redistributiva existente en el país, manifestó el investigador Carlos Cortés Ruiz, de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
De acuerdo con un informe del Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), de noviembre pasado, 22 millones de mexicanos, esto es 19.4 por ciento de la población total, tienen un ingreso insuficiente para tener una alimentación adecuada, lo que significa que dos de cada 10 padecen hambre,
22 millonesde mexicanos tienen un ingreso insuficiente para tener una alimentación adecuada, lo que significa quedos de cada 10padecen hambre
En un comunicado del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), dijo que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) declara que el derecho a la alimentación es una garantía humana fundamental.
Asimismo, toda persona debe alimentarse con dignidad, mediante la producción de alimentos o a través de su compra. En México, la Constitución reconoce este derecho desde octubre de 2011, sin embargo, se ha reportado un incremento en la desigualdad económica, social y alimentaria del país, indicó.
En tanto, el Comité de Derechos Humanos, Sociales y Culturales (CERS, por sus siglas en inglés), de la ONU, afirmó que el acceso a la alimentación está relacionado con el ingreso, y en extensión, con la pobreza.
En este escenario, México muestra un retroceso, en comparación con otras naciones latinoamericanas, ya que el mismo reporte del Coneval mostró que el número de pobres pasó de 48.8 millones a 51.9 millones, en un lapso de dos años.
«La verdadera solución al problema es elaborar una estrategia redistributiva que incluya aspectos económicos«, expresó Cortés Ruiz.
De igual forma, el investigador sugiere una reconsideración del monto del gasto público destinado a combatir el hambre en el país, ya que los recursos previamente asignados a esta causa corresponden a los presupuestos de 2012.
El especialista mencionó que, en cuanto a la producción de alimentos, es necesario que se precisen los mecanismos que faciliten esta labor. «Deben considerarse aspectos, como la infraestructura y los esquemas de financiamiento para cubrir las regiones más pobres y aisladas del país».
La verdadera solución al problema es elaborar una estrategia redistributiva que incluya aspectos económicos»