Desde un principio se advirtieron irregularidades en la compra de 18 lanzadores y 108 misiles antiaéreos portátiles KP-SAM Chiron, o Shin-Gung, que fabrica la compañía surcoreana LIG Nex1.
De hecho, el 19 de diciembre del 2012, LaRepública informó sobre la decisión del Servicio de Material de Guerra (SMGE) de seleccionar la propuesta de LIG Nex1, que ofertó el equipamiento bélico por más de 41.6 millones de dólares, no obstante los cuestionamientos técnicos sobre el producto. Por ejemplo, las autoridades rusas advirtieron que varios componentes del Chiron le pertenecían y que los surcoreanos no estaban autorizados a transferir a una tercera nación tecnología que no era de su propiedad.
Sin embargo, el SMGE contra viento y marea prosiguió con el proyecto y el respaldo del Ministerio de Defensa. El sistema antiaéreo era un requerimiento de urgencia del Comando de Operaciones del Sur (COS) y el cronograma tenía que cumplirse con rigor.
Los problemas no tardaron en surgir.
COMPRA CON YAYA
El 24 de abril de este año, el comandante general del Ejército, general de división EP Ricardo Moncada Novoa, resolvió cancelar el sistema portátil de misiles antiaéreos.
Pero, además, debido a la gravedad del caso, Moncada inhabilitó durante un año a la compañía LIG Nex1 como proveedor del Ejército.
Los surcoreanos no sólo incumplieron con los términos del compromiso sino también pretendían cobrar más de lo que se había establecido. Pretendían consumar un fraude, según fuentes del instituto castrense.
El 21 de noviembre del 2012, el Servicio de Material de Guerra del Ejército concedió a LIG Nex1 la buena pro para la adquisición de Armamento Aéreo Portátil. En diciembre, delegaciones peruanas y surcoreanas se reunieron para diseñar el proyecto de contrato.
ADELANTO O NADA
El ocho de febrero de este año, la compañía surcoreana presentó al Ejército un modelo de contrato, que luego de ser evaluado, se detectó que «respecto a la cláusula de forma de pago, no se encontraba en concordancia con los dispuesto en las bases de compra». La empresa LIG Nex1 deseaba un adelanto del 60 por ciento del total, cuando lo que correspondía era el 30 por ciento.
Para intentar resolver el embrollo, una delegación surcoreana llegó a Lima el 20 de marzo. Se acordó ampliar el plazo para la firma del contrato hasta el cinco de abril, con el propósito de alcanzar un entendimiento.
Empero, 48 horas antes de que expire la ampliación otorgada, LIG Next comunicó al Ejército que no entregaría los equipos si solo se adelantaba el 30 por ciento y requirió más tiempo para revisar el proyecto de contrato. La corporación incluso intentaba cambiar la propuesta con la que había ganado el concurso.
De acuerdo con las fuentes del instituto militar, lo que pretendía la compañía surcoreana era firmar un acuerdo comercial en función de sus expectativas, lo que implicaba la violación del procedimiento establecido por el Ejército. En otras palabras, una vez que LIG Nex1 ganó el concurso, intentaba cambiar las reglas de juego en su provecho.
Ante semejante pretensión, al instituto castrense no le quedó otra alternativa que dar por concluido el plazo para la firma del contrato con la compañía surcoreana.
En su resolución de la cancelación de la compra del sistema portátil de misiles antiaéreos Chiron, el comandante general del Ejército señala que la decisión la adoptó porque LIG Nex1 «desconoció las condiciones iniciales de las Bases Integradas (de la compra) y de lo (que había) presentado en sus propuestas técnica y económica en lo que respecta a la forma de pago».
El caso de la empresa surcoreana es una advertencia para los institutos armados para que sepan escuchar las advertencias sobre algunos proveedores de dudosas prácticas.
RUSOS ADVIRTIERON SOBRE CHIRON
El Ejército evaluó los siguientes equipos: W-18 y FN-16, de China; Igla-S, de la Federación Rusa; y «Chiron», de Corea del Sur.
La Federación Rusa notificó al Ministerio de Defensa y al Ejercito del Perú que gran parte de los componentes del misil Chiron -la cabeza buscadora, el motor, el radar de control de tiro, se los entregó a Corea del Sur como parte de un acuerdo entre ambos países.
Los rusos también advirtieron que impugnarían el contrato entre Perú y LIG Nex1 porque no habían autorizado a los surcoreanos a transferir a otros países su tecnología.
Las comunicaciones de los rusos fueron desatendidas porque supuestamente pretendía favorecer a su productor, el Igla-S.