Según indicaron los propios reclusos durante la indagación, los guardianes inventaron una serie de actividades que, según el blog Gawker, llamaban “juegos olímpicos”.
De esta forma en los aseos organizaban la ‘lucha libre’: unas riñas cuyo ganador obtenía acceso a una comida mejor o algunos ‘snacks’. Asimismo había una recompensa si alguno de los presos resistía una serie de puñetazos sin resbalar.
Dos ‘disciplinas deportivas’ incluían el gas pimienta: en la primera se disolvía en el agua para que la tomara el reo, en la otra se le pulverizaba directamente en el rostro. Aquellos que se atrevían a tomar una garrafa de leche en una hora, esnifar un caramelo molido, o tragar una cucharilla de canela también podían contar con un premio. Las consecuencias de algunas de esas ‘burlas’ representan una verdadera tortura.
La Policía de Pensilvania inició una investigación después de que un video grabado por los propios autores del maltrato evidenciara las prácticas abusivas en la cárcel.