1. Engríete a diario. Estar saludable y en forma no solo debe ser un reto de verano, para lucir divinos en el traje de baño. El cuidado debe ser diario, todos los días del año. Quizá no con grandes sacrificios o rutinas, pero sí con pequeños cuidados que hagan la diferencia a no hacer nada.
2. Busca una actividad que te guste. Esa es la clave para mantener su práctica en el tiempo. Empieza siempre de a pocos, hasta que te encante tanto que nadie te parará. Eso sí, de lo posible busca un instructor que te marque una pauta y acompaña el ejercicio de comida saludable.
3. Prepara un plan de alimentación. Distribuye las comidas que consumirlas duran te el día, siempre con un espacio de 3 horas entre cada una, para acelerar el metabolismo, permita el mayor gasto de calorías y la regulación del apetito. Además, puedes crearte un horario virtual o manual, con decoraciones o imágenes que estimulen tus ganas de seguir con el plan.
4. Focalízate en lo comes. Por las rutinas de trabajo y el estrés, muchas veces no somos consciente de lo que comemos y las cantidades que ingerimos. Comemos automáticamente, por impulso u costumbre. Pero si disfrutas cada trozo que llevas a tu boca o eres consciente de que la cantidad será la justa para llenarte, tu alimentación será acertada y efectiva. Evita mirar la televisión, revisar el teléfono móvil, porque ello te resta atención y no registra saciedad tu cerebro.
5. Olvídate de la palabra dieta. Y reemplázala por el término un plan saludable. Hemos vinculado en nuestro chip la palabra dieta por restricción o sacrificio y eso nos hace renunciar mentalmente a ella. Cambia tus hábitos alimenticios por aquellos alimentos que son saludables y en especial los que más te agraden.
6. Apasiónate por las frutas. Recuerda incluir por lo menos 3 frutas a tu alimentación diaria. Son ideales para consumir entre comidas, cuando el apetito empieza a despertar, y como un delicioso postre.
7. Bebe mucho. El agua es vital es un régimen de alimentación y ejercicio, por ello no dudes en beber agua por lo menos 2,5 litros al día. También puedes incluir líquido a tu cuerpo a través de sopas. Te recomendamos comprar un tomatodo lindo y divertido para llevarlo siempre.
8. Verduras frescas. Consumir verduras crudas o cocidas es ideal para un plan de alimentación sana y para bajar kilos. Sírvete una porción abundante de las verduras que más te gusten. Trata de ser creativa con las ensaladas, así las hará más apetitosas y saciables a comerlas.
9. Atenta con las proteínas. No dejes de consumirlas pues ellas generan la sensación de saciedad y permite que quemes calorías. En el grupo de estos alimentos están los huevos, los lácteos, las carnes magras, rojas y blancas, eso sí, todas desgrasadas. ¿Cuál es tu carne favorita?
10. Lo prohibido está prohibido. Una de las cosas más difíciles de mantener en una rutina saludable son las prohibiciones, por eso deja de impedirte alimentos ricos. La clave está en saber equilibrar, por ello a la semana puedes darte un gusto, como una recompensa a todo lo logrado.