Cuando los hijos están pequeños ven a sus padres como personas grandes, fuertes y sabias. Pero a medida que crecen, esta imagen varía. Según Estuardo Yacolca, director del Centro Peruano de Psicoterapia Integral, todo depende del comportamiento del padre.
Si usted solo se dedica a emitir órdenes, es probable que su engreído lo vea como una persona autoritaria y le guarde resentimiento. Peor aún si hubo situaciones inconclusas, como ofensas de las que nunca se retractó. “Este dolor causado por lo que se considera injusto puede generar un serio distanciamiento afectivo entre padre e hijo”, advierte el psicólogo.
Si por el contrario, usted no es firme en sus decisiones y no da reglas claras, lo más seguro es que su hijo lo vea como un ser débil y manipulable.
Esta falta de admiración hacia quien debería ser el líder del hogar, podría generar pérdida de respeto y con el tiempo falta de interés hacia usted.
Finalmente, si el trabajo es su prioridad y siempre está ausente en el hogar, su hijo podría verlo como un padre difuso ya que no sabe si es querido o no. En esta situación, el vínculo afectivo es muy débil y el menor no lo identifica como una autoridad.
El concepto de los hijos depende del comportamiento de los padres. Escuche a su pequeño, no tema pedirle perdón y, sobre todo, demuéstrele amor.