Cuando esto pasa es fundamental que analices tu situación actual porque existen múltiples motivos para sentirte fatigado.
“Es como pedirle a un pediatra que diga por qué un bebé está llorando, la respuesta podría ser un montón de cosas”, dice el doctor Tanvir Hussain, cardiólogo estadounidense.
1. Estás deshidratada
Un estudio publicado en The Journal of Nutrition estableció que una pérdida de agua de sólo un 1,5% puede desencadenar cambios de humor y falta de energía. Los investigadores sospechan que las neuronas en el hipotálamo (región del cerebro) son responsable de controlar, entre otras cosas, la hidratación y la temperatura corporal, lo que puede alterar el estado de ánimo y enviar el mensaje al resto del cuerpo de que necesita más agua.
2. Te falta vitamina B12
El cuerpo necesita vitamina B12 para producir glóbulos rojos y mantener las neuronas funcionando correctamente. La deficiencia de este elemento disminuye la cantidad de oxígeno que la sangre traslada a través del cuerpo, dejándote con la sensación de haber dormido mal.
3. Estás abrumado por el estrés
Los niveles de cortisol, la hormona del estrés, comúnmente se elevan por la mañana y bajan por la noche, lo que ayuda a mantener un ritmo diario normal. Pero el estrés crónico hace que este patrón se descontrole en cualquier dirección, dice Marc Bubbs, fundador de Naturopathic Sports Medicine en Toronto.
4. Enfermedades cardíacas
Según un estudio publicado en la revista Heart & Lung, la mitad de las mujeres que habían sufrido infartos dijeron que tenían problemas para dormir y se sentían inusualmente cansados en las semanas antes. El cansancio extremo y dificultad para respirar al hacer ejercicio o subir escaleras, son una advertencia. Un músculo cardíaco débil reduce el flujo de sangre, evitando que los músculos y tejidos reciban el oxígeno que necesitan para funcionar correctamente.
5. Tus niveles de hierro son demasiado bajos o altos
Muchos saben que la anemia conduce a la fatiga, pero no debes asumir que los suplementos de hierro contrarrestan esto. Si bien los niveles bajos de hierro hacen que las células rojas de la sangre mal formadas priven al cuerpo de oxígeno; tomar demasiado hierro puede agotarte también, dice Sirchio.
6. No estás haciendo ejercicio
Si esto se suma al estrés crónico, tu energía estará más que en baja, dice Bubbs. Si estás estresado y no descargas la tensión, tu cortisol se seguirá disparando, afectando tu sueño durante la noche.
7. Te ejercitas demasiado
Los extremos no son buenos, así que si te ejercitas demasiado también podrías fatigarte y tener dificultades para dormir profundamente. Procura no sobreexigirte y conocer tus límites, pues los ejercicios en exceso también pueden provocar un aumento de cortisol por el estrés físico.
8. Tienes una infección del tracto urinario
Alrededor de la mitad de las mujeres que sufren infecciones urinarias reportan fatiga y malestar general, aumentando entre las personas de 40 años o más, dice Ashley Carroll, profesor asistente de Uroginecología de la Virginia Commonwealth University. “Básicamente, es la manera en que tu cuerpo te obliga a descansar con el fin de concentrar la energía en la lucha contra la infección”, dice Carroll.