La ira es una emoción primaria. Se expresa por medio del resentimiento, furia e irritabilidad.
Alimentación y sueño. El cuerpo necesita una dieta balanceada y descansar. Tanto la falta de nutrientes esenciales como un mal descanso pueden llevar a estados de ira. Un plan de alimentación balanceado debe incluir, a diario: seis porciones de hidratos de carbono complejos, cinco de frutas y verduras, dos de productos lácteos, dos de proteínas y entre quince y veinticinco gramos de grasas o aceites.
Tiempo de espera. Muchas veces habrás escuchado: “cuenta hasta diez antes de responder”. Aunque parece trillado, funciona. Evita que se apoderen de ti los impulsos, bajan los niveles de ansiedad y tu mente puede encontrar un espacio para reflexionar. Según la Psicología del Self, cuyo máximo exponente fue Heinz Kohut, un Self sano es cohesivo, vigoroso y armónico, capaz de integrar las emociones y ejecutar el pensamiento sobre ellas. Frente a una situación de disgusto, debes poder tomar una distancia emocional óptima que te permita guiar tus emociones a la luz del pensamiento.
Ejercicio. Está comprobado que hacer actividad física ayuda a liberar las emociones. Cuando haces ejercicio, el cerebro segrega neurotransmisores y hormonas involucradas en la sensación de felicidad y alegría. Los expertos sostienen que no es necesario hacer una rutina de gimnasio que implique inversiones de tiempo y dinero. Puedes por ejemplo, si utilizas transportes públicos, optar por caminar un poco antes de emplearlos. Si necesitas utilizar un automóvil, en cambio, puedes optar por aparcar unos metros más lejos del destino y llegar allí a pie. En lugar de utilizar un elevador, elige las escaleras.
Humor. Una buena forma de manejar la ira puede ser el empleo del chiste. En la Edad Media, el bufón era el único autorizado a decir las verdades más crudas al Rey. La clave del humor radica en el uso de metáforas: un recurso lingüístico que se vale de desplazamientos. Es decir, que por medio de un chiste, se pueden decir ciertas cosas que de otro modo serían hirientes. Recuerda que es un recurso delicado, ha de ser empleado oportunamente y en miras de construir en el vínculo.
Perdonar. Al discutir, la ira y el enojo florecen. Las relaciones maduras implican aceptar las equivocaciones. Cuando se llega a un acuerdo, o se cometen actitudes desafortunadas, es fundamental disculparse o aceptar ese reconocimiento por parte del otro. El rencor es inconducente, la ira acumulada no favorece, sólo destruye.
Haz lo que te guste. A veces no es posible hacer todo los que nos gusta. Tal vez necesitas trabajar, y no puedes desempeñarte momentáneamente en aquello que te gustaría. Pero, a lo largo del día, puedes encontrar pequeñas actividades que impulsen momentos de felicidad. Recuerda que la creatividad es una característica básica de la salud mental.
Ambiciones, talentos y habilidades. La ambición es constitutiva en el ser humano. Por naturaleza, se tiende a fijar metas y logros a alcanzar, de modo tal que se organizan los medios en miras de propósitos. Es saludable fijar objetivos en función de los talentos y habilidades, para evitar frustraciones que lleven a estados de enojo e ira. Expertos en Psicología del sí mismo, como Erik Erikson o Heinz Kohut, sugieren que el ser humano debe animarse a explorar sus capacidades para armar proyectos que guíen el plan de vida.
Tomar un baño de inmersión. El agua es por excelencia el elemento más primitivo en el desarrollo del ser humano. Durante el embarazo, el niño se encuentra inmerso en un medio líquido que provee calma, comodidad y tranquilidad. Frente a momentos de ira, tomar un baño de inmersión es un buen recurso, dado que recrea esa sensación de calma y bienestar que se aloja como recuerdo en las profundidades del inconsciente.
Empatía. Existe una tendencia general a pensar que los demás son como tú. Este error ayuda a que, frente a diferencias, te irrites y enojes, dado que no comprendes por qué el otro responde de determinadas maneras. Resulta fundamental desarrollar la empatía, para comprender al otro desde su vivenciar y aceptar sus virtudes y defectos.
Tomar distancia. Cada quien posee rasgos de personalidad únicos e irrepetibles. Puede resultarte de gran ayuda conocer tu forma de pensar y sentir, para poder tomar distancia óptima de aquellos que no sean compatibles contigo en cuestiones estructurales. Si bien por distintas circunstancias puedes verte obligado a compartir tiempo con personas con las cuales no congenias, intenta identificar el punto justo de encuentro.
formas de controlar la ira