La ciudad de Shanghái ha tomado cartas en el asunto al ver a los ancianos muy tristes. Los hijos que tienen a sus padres en albergues deben ir a verlos ahí.
Desde el 2013 China aprobó una enmienda a la Ley de Protección de los Derechos y los Intereses de los Ancianos, que ahora exigía a los hijos adultos visitar a sus padres ancianos, de lo contrario, se exponían a ser demandados y multados o, inclusive, recibir penas de cárcel.
Ahora, en Shanghai, se ha aprobado que entre en vigor una norma que prevé que aquellos hijos que no visiten a sus padres al menos una vez al mes entren a ser parte de una lista negra.
La preocupación de las autoridades chinas no proviene solo a la sobrepoblación de ancianos (las estadísticas señalan que la cifra de ancianos supera el 30% de la población solo en Shangái) sino que obedece a una virtud moral que viene de las ideas de Confucio.
Las personas que estén en esa “lista negra” verán regulado su acceso a créditos y puede incluso afectar sus posibilidades de postularse a un empleo o de recibir beneficios sociales.
“Si la corte establece que los hijos deben cumplir con sus obligaciones y estos ignoran ese requerimiento, sus datos serán grabados en el sistema público de información crediticia, lo que se convertirá en una barrera para sus actividades económicas y sociales, tales como abrir una cuenta bancaria o solicitar una tarjeta para ingresar gratuitamente a la Biblioteca de Shanghái”, dijo Luo en declaraciones reseñadas por el diario oficial China Daily.