Ni la muerte pudo separar a un matrimonio británico que se amaba fuertemente y que murió con 14 horas de diferencia, justo el día que la pareja cumplía 76 años como casados.
El amor que unía a Clifford Hartland y su esposa Marjorie era invencible, les sirvió de pilar durante los 76 años que estuvieron casados e incluso les ayudó a sobrevivir los oscuros años de la Segunda Guerra Mundial, informa ‘Daily Mail’.
Sin embargo, la semana pasada Clifford falleció a los 101 años de edad y pocas horas después murió Marjorie, a los 97 años, debido al dolor causado por la pérdida de su esposo. La pareja pasó la mayor parte de su vida en común en Coventry, Reino Unido, donde ambos trabajaron y formaron una familia.
“En las últimas semanas mi padre había estado muy mal. Los médicos dijeron que los tratamientos solo aplazarían lo inevitable (…) Justo antes de morir pronunció sus últimas palabras, las letras de una canción: ‘Tuyo antes de que las estrellas pierdan su gloria’ y luego dijo a mamá que la amaba”, relató Christine, la hija de la pareja.
“No puedo vivir sin él”, le había dicho Marjorie a su hija después de que Clifford falleciera. “Esa noche recibí una llamada. Mamá me dijo que estaba muy triste, que no podía dejar de llorar. Le dije que pensara en todos los momentos felices que pasó con papá y respondió que así lo haría. Al final me dijo: buenas noches, que Dios los bendiga, y esas fueron sus últimas palabras”, recuerda Christine, de 67 años.
Un ataque al corazón se cobró la vida de Marjorie mientras dormía esa noche, la primera sin su esposo desde la guerra.
“Fue una muerte perfecta, estoy feliz de que ahora estén juntos como lo estuvieron en vida. Creo que debió ser así, porque ninguno de ellos hubiera querido continuar sin el otro”, agregó la hija.
Clifford y Marjorie se conocieron en Cardiff, fue amor a primera vista y la pareja contrajo matrimonio en 1938. Sin embargo, la Segunda Guerra Mundial los separó abruptamente, ya que Clifford se unió al Ejército británico y fue enviado a Singapur, donde en 1942 fue tomado prisionero por los japoneses. Pasó tres infernales años como prisionero, y fue uno de los cuatro únicos soldados de su regimiento que regresaron vivos a casa tras finalizar la contienda.
“En 1942, mi madre recibió una carta del Ejército diciendo que papá había desaparecido, y que seguramente estaría muerto. Ella se negó rotundamente a creerlo, por ello cada día, en su camino al trabajo, mamá entraba en la iglesia y rezaba para que mi padre llegara a casa. Ella vivió sin él durante casi cuatro años, pero nunca creyó que estuviera muerto”, aseveró.
Tras volver Clifford a casa pasaron una vida feliz como casados, agregó Christine. Sin duda, un amor que ni la muerte pudo separar.