Cuppy, un felino de 14 años, residente de California en Estados Unidos se ha ganado el apodo de ‘bola de furia’, después de mantener encerrada a su propia dueña.
Según informa Gawker, madre e hija fueron atacados en varias ocasiones por el gato, que llegaba a no permitirles salir de su dormitorio. Al parecer, la mascota se enfureció esta última vez después de que la mujer se levantará a media noche para ir al baño.
Después de varias horas de tensión, lambas llamaron a la policía. Los agentes llegaron al lugar con armas de fuego, para tranquilizar al gato.