El asistente del inspector general Alfred Karrow-Kamara afirmó que las protestas se produjeron después de que la enfermera hubiera dicho a una multitud concentrada en un mercado de pescado ubicado cerca del centro que “el ébola no es real, sino que es un truco destinado a la realización de rituales caníbales”, publicó la agencia Reuters.
Manifestantes enojadas se reunieron en frente del hospital principal de tratamiento del ébola en el país, situado en la ciudad oriental de Kenema, donde decenas de personas diariamente reciben tratamiento para el virus, y amenazaron con quemar el edificio.
Los vecinos locales dijeron que la Policía utilizó gases lacrimógenos para dispersar a la multitud. Se informa también que un niño de nueve años de edad resultó herido en una pierna por una bala de la Policía.
Según la Organización Mundial de la Salud, en los últimos meses, el ébola se ha cobrado la vida de más de 650 personas en el África occidental, poniendo una gran presión sobre los sistemas de salud de algunos de los países más pobres del continente.
Actualmente, Sierra Leona cuenta con el mayor número de casos de infectados con el virus, 454, superando a la vecina Guinea, donde el brote se inició en febrero.
Hasta el 90% de los contagiados con el virus ébola fallecen. Descubierto en 1976 cerca del río Ébola, en la República Democrática del Congo (entonces Zaire), este virus ha matado a más de mil personas. No es que la enfermedad sea incurable, sino que no hay tratamiento ni vacunas con eficacia confirmada. Ninguna compañía farmacéutica ha invertido en el desarrollo de vacunas, ya que el mercado de su venta es demasiado pequeño para proporcionar beneficios. Solo existen medidas preventivas para controlar la expansión, como la organización de centros de aislamiento y desinfección sistemática de los hogares de las personas afectadas.
La higiene es lo único que ayuda a prevenir la infección, e higiene es precisamente lo que falta en muchos países de África. En la capital guineana, por ejemplo, una ciudad de dos millones de habitantes, en la mayoría de los barrios no hay electricidad ni agua potable.