Los cambios de temperatura como los que hemos estado experimentando en los últimos días muchas veces son el motivo de los resfriados de la época. Por eso, nos empezamos a preocupar por mantenernos abrigados, pero no siempre ponemos atención a nuestra alimentación.
El sistema inmunológico, que actúa como un agente protector frente a las enfermedades respiratorias, es el que se encarga de evitar que los gérmenes produzcan los síntomas característicos de los resfriados.
Por ello, es importante tener una alimentación que fortalezca esta barrera protectora, sobretodo en personas vulnerables como niños, mujeres embarazadas, ancianos, personas con enfermedades crónicas y pacientes inmunocomprometidos, quienes se descompensan más rápidamente con los cambios bruscos de temperatura.
La American Dietetic Association recomienda consumir una dieta variada y balanceada para tener un sistema inmunológico reforzado, pues no hay garantía que consumiendo solo cierto tipo de alimentos se puede evitar una infección respiratoria. Una alimentación que incluya frutas, vegetales, granos enteros, grasas saludables, lácteos bajos en grasas, proteínas magras y agua, proporciona los nutrientes necesarios para evitar las enfermedades respiratorias que suelen aparecer con los cambios de temperatura. Sin embargo, se sabe que los antioxidantes como las vitaminas A, C, E, y los minerales como el zinc y el selenio mejoran la respuesta inmune.
¿Dónde encontramos estos nutrientes?
VITAMINA A: hígado, lácteos, huevos, zanahoria, camote, vegetales de hojas verdes, entre otros.
VITAMINA C: camu camu, naranja, limón, kiwi, piña, brócoli, pimiento, etc.
VITAMINA E: cereales integrales, aceite de oliva, frutos secos, vegetales de hoja verde.
ZINC Y SELENIO: mariscos, huevo, pescado, carne, cereales integrales, entre otros.
Pero además de llevar una alimentación completa y balanceada, para tener un sistema inmune fortalecido se recomienda dormir adecuadamente, reducir los niveles de estrés y realizar actividad física a diario.
En caso de resfriados, se sugiere beber una suficiente cantidad de líquidos (2 litros al día) para mantenerse hidratado y evitar que las mucosas se resequen. Además, se recomienda que los líquidos sean básicamente bebidas calientes, pues ayudan a reducir los síntomas de la gripe. Hay que tener en cuenta que las infusiones se deben consumir de preferencia sin azúcar, o endulzadas con un edulcorante natural.
No debemos esperar a resfriarnos para preocuparnos por nuestra alimentación. Tener una dieta variada y balanceada durante todo el año te permitirá tener un sistema inmune fortalecido que evitará las enfermedades respiratorias en estas épocas del año.