Radamel Falcao, apoyado en dos bastones y debajo de una sombrilla, abandonó el martes el hospital Trindade de Oporto donde fue operado el sábado de una rotura de ligamentos de la rodilla izquierda que dejó en suspenso su partición en la Copa del Mundo.
El cirujano a cargo de la operación, el portugués José Carlos Noronha, y el médico jefe de la Federación Colombiana de Fútbol, Carlos Ulloa, lo acompañaron y se dirigieron a un hotel donde el delantero colombiano permanecerá tres semanas antes de viajar a Mónaco.
Periodistas y un grupo de aficionados colombianos lo despidieron cuando subió un automóvil en medio de una ligera llovizna, según se vio en imágenes transmitidas por televisión. La argentina Lorelei Tarón, esposa del «Tigre» , se encuentra en Oporto.
El cañonero del Mónaco, de 27 años, se rompió el ligamento anterior cruzado el miércoles pasado en un partido por la Copa de Francia cuando Soner Ertek, del modesto club Chasselay, lo barrió dentro del área.
Noronha anticipó el lunes en conferencia de prensa con Falcao que ira a Mónaco cada mes para observar la evolución de la cirugía.
El atacante oriundo de Santa Marta, en el Caribe colombiano, comenzó un tratamiento con oxígeno hiperbárico con la idea de favorecer la cicatrización de la cirugía.
Falcao no renuncia a la idea de ir a Brasil, donde se esperaba que fuese la gran figura de una selección colombiana que disputará su primera Copa del Mundo desde 1998. El «Tigre » aportó nueve dianas en 13 de los 16 partidos en las eliminatorias de Sudamérica.
La rehabilitación promedio lesiones como la de Falcao es de no menos de seis meses, aunque los médicos creen que podría recuperarse antes.
Colombia jugará contra Grecia su primer partido en el Mundial el 14 de junio.
«Sin duda alguna yo creo que el tiempo es algo que no nos sobra, pero bueno, creo que las posibilidades están y esa es mi esperanza» , manifestó Falcao durante la charla con los medios el lunes en el hospital.
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