El mal hábito de la automedicación, es decir, ingerir fármacos por iniciativa propia, sin que exista ninguna prescripción médica, puede traer consecuencias negativas para su salud.
Así advierte el doctor Rolando Quispe Cristóbal del hospital “Santa Rosa”, quien señala que cualquier tipo de medicamento, incluso Aspirinas o vitaminas, puede ocasionar intoxicación, falta de efectividad del fármaco, dependencia (adicción) o peor aún, encubrir procesos clínicos y, por tanto, retrasar el diagnóstico de un mal. “Todos los fármacos son peligrosos en la automedicación. Por ejemplo, la vitamina A, en exceso, produce daño tanto a mujeres embarazadas como a los pacientes comunes”, señala.
También una simple Aspirina -indica el especialista- está contraindicada para las personas que suelen hacer hemorragias o padecen de úlceras gástricas, pues este medicamento les potencia sus patologías. “De allí la importancia de que ningún fármaco sea ingerido por iniciativa propia, especialmente si los pacientes son personas de edad, embarazadas o niños”, enfatiza.
RAZONES
Quispe Cristóbal dice que hay muchas razones para la automedicación: el desconocimiento de las consecuencias que puede causar el consumo indiscriminado de pastillas, la presión de amigos o familiares que ofrecen alternativas para la solución de un problema de salud (basados en sus propias experiencias) y la falta de recursos económicos o tiempo para acudir a una atención médica.
“Cada persona reacciona de manera distinta, ante un mismo fármaco, y las características de su mal nunca serán iguales a las de otro paciente”, recalca.