Una victoria con cierto sabor a revancha para el tenista español, que había cosechado sus dos únicas derrotas ante Monfils en el torneo de Doha, donde Nadal cayó ante el galo en las semifinales del año 2012 y en los cuartos de final del 2009.
Derrotas que parecieron motivar especialmente al jugador español, que arrancó el encuentro con dos roturas se servicio consecutivas, que permitieron a Nadal ponerse en un visto y no visto con un contundente 4-0 en el marcador.
Una ventaja que el número uno mundial no desaprovechó para alzarse con la primera manga por un claro 6-1 en tan sólo veintitrés minutos de juego.
Pero ni el contundente marcador, ni la superioridad de Nadal en el juego desalentaron a Gael Monfils, número 31 de la clasificación mundial, que se aferró a la final, tras romper por primera vez el servicio del español (0-2) en el segundo juego de la segunda manga.