En la capital turca hay más de 100.000 gatos y perros callejeros. Y, si bien en ella viven más de 14 millones de personas, son muchos los animales que aún no tienen hogar ni alimento asegurado.
Por eso una compañía privada llamada Pugedon impulsó una inteligente medida que beneficia tanto a humanos como a cuadrúpedos: más reciclado de plástico en beneficio de los primeros, más alimento gratuito para los segundos.
La empresa turca se hizo cargo de todos los costos del nuevo sistema, sin pedirle un solo centavo al gobierno. Las máquinas que pueblan Estambul brindan una porción de comida para cualquier perro o gato callejero cada vez que una persona echa dentro una botella de plástico.
Los fondos obtenidos del reciclaje y venta de esas botellas son nuevamente destinados para la compra de más alimento. Así, se ayuda al medioambiente y se ayuda a los pobres animales que aún no encuentran un hogar donde vivir. Y, claro, se ofrece a la ciudadanía una lección feliz en cuidado y conciencia ecológica.