La dueña de este perrito y de este gato decidió averiguar que hacían sus queridos animales cuando ella se ausentaba de casa.
Para esto, la mujer colocó una cámara en una de sus habitaciones, lugar en donde el gato descansaba con tranquilidad.
La señora se retira y el perro ingresa, parece revisar la zona y luego de algunos minutos trepa al suave lugar en donde está el gato, olisquea y empieza a jugar.
El can juguetea, gira, se revuelva y sigue frotándose en la manta, muy feliz. El gato lo ve con tranquilidad, como si no le importara, y se mantiene quieto en su sitio.
El corto ya ha hecho reír a más de tres millones de personas en menos de 4 días.