Aún no tiene nombre, pero sus imágenes dan la vuelta al mundo.
Se trata de un pequeño oso polar que nació el pasado 9 de noviembre del 2013 en el zoológico de Toronto, con 700 gramos de peso.
Sus hermanos murieron tras el parto, pero él logró sobrevivir y, un dos mes después, ya pesa 4.4 kilogramos y ya da sus primeros pasos. En el zoológico le cuidan con especial atención, porque reconocen que es un animal especial:
Crecerá hasta convertirse en un embajador de su especie», aseguran, y recuerdan las amenazas que sufre el ártico.