Los padres son capaces de cualquier cosa para ver felices a las personas que más aman en el mundo, sus hijos. Su alegría más grande es ver su sonrisa y saber que ellos pudieron hacer algo por eso.
Este fue el punto de partida del comercial de Promart Homecenter, en el reclame vemos la historia de una joven que no puede escuchar ni hablar. Ella está deprimida porque piensa que el niño que le gusta no la busca, ya que no puede escuchar el sonido del timbre.
Su padre recurre a su ingenio para solucionar el problema y conecta una lámpara a su cuarto que se prende cada vez que alguien toca el timbre.