El mencionado lugar funcionó durante años como un pueblo minero, pero tras la caída de la Unión Soviética (URSS), muchas localidades como Pyramiden sucumbieron.
Este pueblo olvidado alberga a Vladimir Prokofiev, un hombre de 33 años que vive en el hotel Tulip junto a su fiel compañero: un zorro ártico.
Este hombre guía a todo aquel que visite el lugar y desee conocer la historia del pueblo que fue abandonado en 1998.
Según narra Prokofiev a The Siberian Times, no posee televisión, radio ni Internet, aunque a veces tiene suerte y logra captar algunas señales desde Noruega. ‘A veces engancho señales de TV de Noruega. El sol brilla desde las 4.30 de la mañana. En cualquier momento estará las 24 horas’.