En la última década Zhu Jiagu y Liu Jianying, de la ciudad de Hengyang, provincia meridional china de Hunan, han reciclado nueve millones de botellas de plástico, cuenta el portal chino news.21cn.com.
A esto se suman otros objetos de basura de plástico, que el matrimonio recicla en una fábrica que alquilaron hace 10 años. La familia trabaja de sol a sol para poder recolectar miles de botellas cada día, cuentan los medios chinos. Con este trabajo bestial han podido pagar la educación universitaria de su hijo mayor y hasta enviarlo a Alemania para que continúe formándose. Ahora están trabajando para pagar la educación del menor.
Hace unos años el hijo menor de la pareja quiso abandonar la universidad y emprender un negocio, cuenta la madre a los medios. “Me asusté tanto al oírlo, le aconsejé que siguiera con los estudios para poder ganar más en el futuro. Los que se hacen de verdad peces gordos son los que tienen la formación necesaria”, dice la madre.
En los países asiáticos la educación se valora tanto que se considera algo casi sagrado. Además, existe la movilidad social, y los padres hacen muchos sacrificios para abrir a los hijos las puertas hacia un mejor estatus. El pasado diciembre estremeció a China la historia de un hombre que vivió 20 años en las alcantarillas para poder pagar la formación de sus niños.