Para cumplir su sueño de diseñar aeronaves y poder volar, el ingeniero Borís Polovinkin vendió hace nueve años su rentable negocio de reparación de autos y se encerró en el sótano de su casa.
“En general, mi pasión de toda la vida fue la aviación, siempre me he dedicado a diseñar aeronaves. En cuanto al autogiro (…), me volví loco por él hace 15 años”, explicó el ingeniero de 63 años citado por el rotativo ‘Komsomólskaya Pravda’.
Aunque pinta canas, Borís desarrolla con el entusiasmo de un joven un híbrido de avión y helicóptero.
El control de un autogiro es el más fácil de cualquier medio de transporte. Y lo más importante, este vehículo es mucho más seguro. Es el único avión que no se cae si hay un fallo de motor y pérdida de velocidad, sino que aterriza tranquilamente.
Polovinkin ya ha podido comprobar la eficacia de su sistema de seguridad en dos ocasiones en las que el motor dejó de funcionar porque se recalentó. En ambos casos su autogiro descendió a tierra desde una altura de unos 15 metros, sustentado por su rotor principal.
Detenido varias veces por la Policía por no tener licencia para conducir un helicóptero, a sus 63 años Polovinkin logró aprobar el examen médico, preparándose para ello durante unos 4 años.
Características de su aeronave, llamada Polo-3:
• Peso en vacío: 315 kilogramos
• Peso al despegue: 650 kilogramos
• Tanque de combustible: 80 litros
• Diámetro del rotor principal: 8,5 metros
• Velocidad de crucero: 170 kilómetros/hora
• Velocidad máxima: 200 kilómetros/hora.
Su autogiro no necesita una pista de aterrizaje. A diferencia de muchos helicópteros híbridos, es de despegue y aterrizaje vertical. Por la invención de algunas unidades básicas del aparato, el ingeniero ya recibió dos patentes rusas y tres internacionales.
Algo sobre la historia del autogiro:
El primer autogiro, de alas fijadas a un rotor (a diferencia de los aviones, cuyas alas se fijan al fuselaje), fue construido en 1920 por el ingeniero español Juan de la Cierva. En el mundo, los principales desarrollos de estos aparatos se llevaron a cabo en la década de los 30, pero una vez diseñado el primer helicóptero el interés en los autogiros cayó bruscamente. No fue hasta finales de los 60 fueron desarrollados y homologados tres tipos de autogiros de tres plazas.