Los representantes oficiales de la agencia informaron de que la primera misión, la lunar, será puesta en marcha en los próximos años, posiblemente en 2018. Se utilizará un vehículo de exploración capaz de tomar muestras de las sustancias volátiles de la superficie del satélite natural de la Tierra y, a partir de esas sustancias, sintetizar el agua.
La misión fue concebida cuando se conoció la existencia en la superficie lunar de hidrógeno y de zonas cubiertas del hielo. Esto permitiría, con la tecnología adecuada, la producción de agua y oxígeno, algo imprescindible si en el futuro la humanidad decide fundar una colonia allí. Así, el hidrógeno serviría para la producción de combustible y el oxígeno abastecería los módulos de vivienda.
El proyecto será la primera prueba de técnicas de extracción de minerales fuera de la Tierra y de uso local de estos. No obstante, la misión no está destinada exclusivamente a la Luna. «Muchas tecnologías tienen un uso más amplio más allá de la Luna (…). Es solo un lugar conveniente para probar la tecnología», dice Jason Crusan, jefe de tecnología de operaciones espaciales
Si RPM tiene éxito en la superficie lunar, la siguiente misión intentará obtener oxígeno en Marte alrededor del año 2020. Un aparato, que aún no ha sido elaborado, obtendrá dióxido de carbono de la atmósfera marciana y lo preparará para una elaboración química, lo cual es necesario para conseguir el oxígeno.