Esta perra labrador se llama Holly y es una muy buena, excepto cuando la comida está de por medio, entonces se pone agresiva a rabiar y ni siquiera te puedes acercar a ella sin que te gruña o intente morderte.
Los dueños de Holly tienen un hijo de 18 meses y un bebé pequeño es por ello que tienen miedo de que en un descuido de ellos el niño se acerque a la perra y esta termine atacándolo, pues en el vídeo de «presentación» se ve como intenta morder a los dueños cuando pasan cerca de ella y su comida.
Cuando llega Cesar lo primero que hace es evaluar a Holly sin los dueños delante, y aunque al reclamar el plato de comida ella le gruñe no le ataca. Es cuando César le pide al dueño que venga, después de lograr que se comportara de forma sumisa con él, ( es el fragmento de este vídeo) es cuando sorpresivamente la perra lo ataca y le muerde de esta manera.
César tiene que ir a urgencias a que le den puntos de sutura. En los días siguientes al incidente la perra se vuelve más agresiva con los dueños hasta el punto que cuando la quieren sacar de la jaula, la perra les gruñe y les intenta morder; esto sin que haya comida de por medio. Entre todos deciden que se vaya con César para la rehabilitación.
Los primeros días les cuesta un poco, la perra muerde a un amigo entrenador de perros de César, pero al final poco a poco va mejorando. Y César se la acaba llevando a casa con su familia para ver como reacciona ahora con los niños. Aunque al final entre todos deciden que sigue siendo demasiado imprevisible para un bebé y César se la queda para seguir trabajando con ella.