El hombre tenía que realizar una transferencia de 64,2 euros, pero se quedó dormido, dejando las manos sobre el teclado. Al pulsar el botón «2» ininterrumpidamente, transfirió 222.222.222, 22 euros. El error pronto fue descubierto y corregido.
Como resultado del accidente fue despedida una empleada del banco de 48 años de edad, cuyo trabajo consistía en supervisar las acciones de los empleados, incluyendo a aquel que se había quedado dormido.
La mujer, que trabajaba en esa entidad bancaria desde 1986, llevó el caso a los tribunales, insistiendo en que la transferencia financiera no fue aprobada con mala intención, sino por un error.
El Tribunal laboral determinó que el día del accidente la empleada comprobó más de 800 operaciones, y cada una le tomó algo más de un segundo.
De acuerdo con informaciones de la prensa alemana, el incidente tuvo lugar en abril de 2012 en un banco en Frankfurt am Main pero solo el 10 de junio de este año el tribunal declaró ilegal el despido de la mujer, admitiendo como suficiente castigo una amonestación, y exigió que se readmitiera a la empleada en su anterior puesto de trabajo.
No se conoce es cuál fue el castigo, si lo hubo, para el empleado que se quedó dormido en su puesto de trabajo.