Según explica dicho informe, el conflicto armado que vive la zona ha adquirido una nueva y peligrosa dimensión ante el cruento enfrentamiento entre musulmanes y cristianos locales.
Al parecer, todo sería obra de paramilitares que se encuentran en diversos puntos del país, quienes han rescatado esta práctica no propia de poblaciones civilizadas (antropofagia), sancionado en varias partes del mundo.
Pero no es lo único que anda mal en la República Centroafricana. La violencia entre ambos grupos religiosos no distingue entre hombres, mujeres y niños. Las agresiones son constantes en los centros de oración y varios templos han sido violentados, saqueados y quemados.
Las autoridades señalan que se investiga el caso, aunque es difícil dar con los responsables de estos hechos violentos.