Hay dos razones por las cuales las personas, finales del siglo XIX y principios del XX, no se les ven ni un indicio de risa. El primero es debido a que las primeras cámaras fotográficas, conocidas como daguerrotipo, debían recoger la luz y capturar la imagen durante, al menos, diez minutos.
Es decir, era imposible regalar una sonrisa ante el objetivo debido a que el resultado final sería un rostro con gesto borroso. Este procedimiento resultaba tedioso y agotador para los retratados que, en algunos casos, usaban reposacabezas para evitar entumecimiento muscular.
La otra razón y la más importante era que la sonrisa era vista tradicionalmente en occidente como un gesto infantil y altanero. La cultura artística europea mostraba que la risa estaba reservada para los locos, los borrachos, los niños, la gente del espectáculo y las prostitutas.
Pero ¿Por qué ahora a todos les encanta salir en una fotografía con una agradable y amplia sonrisa? Esto es debido a la aparición de Hollywood y el mensaje de felicidad que emitían los más famosos actores. Influyó en una actitud más despreocupada y amable ante el lente fotográfico.