En un apasionado sermón de su misa matutina celebrada el 11 de noviembre en la capilla de la residencia vaticana de Santa Marta, el líder religioso ha declarado, que los cristianos que donan dinero a la Iglesia pero roban al Estado están llevando una «doble vida» y son pecadores que deben ser castigados, relata la declaración del papa a la Agencia Informativa Católica de Argentina.
«Dice Jesús, no lo digo yo, que les aten al cuello una piedra de molino y sean tirados al mar. No se habla de perdón aquí, porque donde hay engaño, el Espíritu de Dios no puede estar», explicó el Pontífice.
Sin mencionar directamente la corrupción dentro de la Iglesia Católica, el religioso describió a los involucrados en prácticas corruptas como «sepulcros blanqueados», justificándolo en que «parecen hermosos por fuera, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de putrefacción».
Según el papa, «todos nos debemos considerar pecadores, porque todos lo somos; pero no corruptos, ya que este tipo de personas está fijo en un estado de suficiencia, no sabe qué cosa es la humildad».
«Un cristiano que se vanagloria de ser cristiano, pero que no hace vida de cristiano, es uno de estos corruptos… ¡y cuánto mal hacen a la Iglesia! ¡Cristianos corruptos, sacerdotes corruptos!», afirmó el Pontífice.
El papa Francisco ha dejado claras sus intenciones de hacer frente a la corrupción en el Vaticano en octubre de este año, cuando mantuvo una reunión con Monsignor Carlo Maria Vigano (un denunciante de alto rango de la corrupción en el seno de la Iglesia), después de aclarar en mayo que «la Iglesia tiene que seguir adelante con el corazón de la pobreza, no de la inversión o de un hombre de negocios».