Doris Aguirre.
El «topo» de las fuerzas del orden que facilitó la emboscada que acabó con la vida de los jefes terroristas conocidos como los «camaradas ‘Alipio’ y ‘Gabriel'» cobró una recompensa que alcanzaría los cuatro millones de soles y él y toda su familia que habitaba en la localidad de Pampas han salido del país con otras identidades, dijeron fuentes que participaron en la «Operación Camaleón».
El informante –cuya identidad conoce La República pero por razones de seguridad mantiene en reserva– era amigo y paisano de Orlando Borda Casafranca, ‘Alipio’.
El gobierno de los Estados Unidos, que contribuyó con la provisión de tecnología para la ubicación de ‘Alipio’, sería el país que acogió al «topo» y a sus familiares, pero la Embajada en Lima no confirmó ni desmintió la información.
El gobierno del Perú ofreció una recompensa de 1 millón 300 mil soles por ‘Alipio’ y 500 mil soles por ‘Gabriel’.
La División de Investigaciones Especiales de la Dirección Antidrogas (Divinesp) fue la que captó al informante y logró un acuerdo con él para que el cabecilla cayera en una trampa.
Algo similar ocurrió en 1992 cuando el Grupo Especial de Inteligencia (Gein) de la Policía Nacional logró que el senderista Luis Arana Franco proveyera de información sobre el escondite de Abimael Guzmán Reinoso e identificó a los miembros de su entorno, lo que contribuyó con la captura del jefe terrorista y de buena parte de su cúpula directiva. Arana, su esposa e hijo recibieron otra identidad, una recompensa y fueron sacados del Perú.
El jefe senderista del Huallaga «camarada Artemio» cayó mediante un operativo parecido en el 2012. La policía antidrogas (Dirandro) y antiterrorista (Dircote) consiguieron captar un «topo» como miembro de la seguridad del cabecilla, el que intentó asesinarlo pero fracasó. Sin embargo, lo hirió gravemente, lo que permitió a las Fuerzas Especiales Conjuntas (FEC) del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas ubicarlo y detenerlo.
GOLPE CERTERO
La «Operación Camaleón», diseñada a partir de la información suministrada por el «topo» captado por la policía antidrogas, tenía como objetivo emboscar a ‘Alipio’. El informante no sabía que su amigo ‘Alipio’ llegaría a su casa en Pampas (Llochegua, Huanta, Ayacucho), en compañía de ‘Gabriel’, Martín Quispe Palomino.
De acuerdo con fuentes que intervinieron en el trabajo de inteligencia que permitió la ejecución de la «Operación Camaleón», la carnada que usó el «topo» para atraer a ‘Alipio’ fue el ofrecimiento de una laptop último modelo, equipos de comunicación y armamento de grueso calibre para derribar helicópteros.
«El ‘topo’ sabía perfectamente qué es lo que le gustaba a ‘Alipio’ y eso es lo que le comunicó. ‘Alipio’ estaba muy entusiasmado con los nuevos ‘juguetes’ que le ofrecía su paisano y amigo», indicaron las fuentes.
Una vez que la Dirandro y la Dircote organizaron el plan para atraer a ‘Alipio’ a la casa del informante en Pampas, se constituyó la Brigada Especial de Inteligencia «Lobo», que se forma cada vez que se establece la identificación de un Blanco de Alto Valor (BAV). En este caso fue ‘Alipio’.
La brigada también lo componen las Fuerzas Especiales Conjuntas –integradas por comandos de élite de la Fuerza de Operaciones Especiales (FOES) de la Marina; las Brigadas de Fuerzas Especiales del Ejército y el Grupo de Fuerzas Especiales de la FAP–, que son las encargadas de la ejecución de la «Operación Camaleón».
Se acordó que las tropas se desplegarían hasta Pampas cuando el «topo» diera la siguiente clave: «Ya está en camino».
GRANADAS A GRANEL
Para verificar que el informante no mentía, sus comunicaciones telefónicas con ‘Alipio’ y otros terroristas estaban monitoreadas por el equipo de intrusión telefónica «Constelación», de propiedad del gobierno de los Estados Unidos y que maneja la Dirandro para la lucha contra el narcotráfico. Es así que pocas horas antes del día del encuentro, el domingo 11 de agosto, los componentes de la Brigada Especial de Inteligencia «Lobo» se enteran de que ‘Alipio’ estaba en compañía de ‘Gabriel’.
A las nueve de la noche la patrulla de 26 efectivos llegó a las cercanías de Pampas y se dividió en dos para cercar la vivienda del informante cuando el jefe se percató de que había terroristas parapetados formando anillos de seguridad.
En ese momento se desató una balacera.
«Alipio» y «Gabriel» estaban en casa del «topo». Cuando estos tomaron sus armas para disparar a los efectivos militares, el colaborador de las fuerzas del orden escapó del lugar.
«Nuestra gente se posicionó y al identificar la casa donde se encontraban los objetivos lanzó varias granadas de 40 mm. con el MGL o ‘lanzapepas’, originándose una explosión y el subsiguiente incendio que acabó rápidamente con la vivienda de madera», explicaron las fuentes.
«Escuchamos gritos en el interior de la casa, pero nada pudimos hacer porque el fuego nos impidió el rescate», manifestaron las fuentes que intervinieron en la «Operación Camaleón».
Hubo otra misión secreta contra “Alipio”
*Hubo otra operación para atrapar a “Alipio” que se inició el 29 de julio, en plena Parada Militar. En las primeras horas de ese día, dos patrullas de las Fuerzas Especiales conjuntas fueron insertadas en las alturas de Corazón Pata, por donde supuestamente se ocultaba el cabecilla junto con una columna de por lo menos 30 hombres. Esta era la “Opción A”.
*Doce días después, “Alipio” no llegó, así que el Alto Mando dispuso que las patrullas se replegaran al cuartel de la Región Militar del Vraem, en Pichari.
*La “Opción B” era esperar que el “topo” de Pampas diera aviso sobre la presencia de “Alipio” en esa localidad. Cuando las patrullas habían comenzado a replegarse a Pichari, el informante comunicó la llegada de “Alipio”. Los militares fueron trasladados a ese lugar y encontraron al terrorista.