Un padre de nacionalidad sueca está haciendo noticia por su peculiar forma de educar a sus hijos, pues con apenas 10 y 11 años de edad, decidió llevarlos a un viaje por Israel y Palestina, a fin de que pierdan el gusto por los juegos bélicos como Call of Duty.
Carl-Magnus Helgegren, que en su juventud había sido periodista freelance en conflictos de Oriente Medio, se arriesgó a mostrarles a sus hijos lo que es en realidad la guerra.
En declaraciones al diario sueco The Local, contó que descartó un viaje por países como Afganistán o Irán por considerados puntos muy peligrosos y dijo que antes de partir hizo un trato con su familia.
Acordó que los tres viajarían a una ciudad afectada por el conflicto, hablarían con refugiados y después regresarían a casa. Tras todo ello, sus hijos serían libres de jugar a cualquier juego que quisieran.
“Fuimos al campo de refugiados de Shuafat, en el este de Jerusalén, vieron las condiciones que allí había, donde la gente quemaba cubos de basura en las calles y había un mercado de droga ilegal justo al lado de una escuela. Fuimos a una clínica donde cosían todo los días a los niños que habían sido golpeados en la cabeza con la culata de un rifle”, relató Helgegren.
Luego de una estancia de 10 días por Oriente Medio, los niños decidieron no jugar a Call of Duty y, según The Local, ellos esperan volver algún día.
Por su lado, Helgegren, que es periodista y profesor universitario, se convirtió en blanco de todo tipo de críticas, algunas positivas y otras negativas.
Al ser consultado sobre su opinión acerca de los videojuegos, el padre ha comentado que en realidad estos no son malos. Sin embargo, consideró que en Suecia, su país natal, y Europa son muy privilegiados porque tienen acceso a la salud, derechos y servicios sociales. “Con ello viene la responsabilidad de educarnos a nosotros mismos, y no solo convertirnos en zombis que juegan a los videojuegos y consumen hamburguesas”, manifestó.