Un grupo integrado por unos 200 niños que viajaron desde Arizona para pedir la reforma migratoria arribó el miércoles a Washington DC y el jueves recorrerá los pasillos del Congreso para hablar con congresistas.
La agenda indica que los pequeños inmigrantes intentarán reunirse con legisladores republicanos de California, Michigan y Arizona, y con el presidente del Congreso, John Boehner (Ohio), para pedirles un voto por la reforma migratoria antes que termine el período de sesiones 2013.
La caravana está compuesta por niños “de familias que han sido impactados directamente por la actual política migratoria; algunos de ellos han vivido en carne propia la separación de sus padres, porque estos han sido deportados», dijo a la agencia Efe Petra Falcón, directora de Promesa Arizona, uno de los grupos que organizan este viaje.
«Es importante que los políticos escuchen estas historias humanas de boca de estos niños. En estos momentos tenemos que tocarles los corazones a estos políticos que tienen en sus manos el futuro de tantas familias inmigrantes», enfatizó.
Declaraciones de Boehner
La llegada de los niños a la capital estadounidense ocurre un día después del reinicio de las sesiones en la Cámara de Representantes tras un receso de dos semanas y cuando quedan 13 días hábiles de sesiones para cerrar el ciclo 2013.
Boehner dijo este miércoles que no habrá discusiones formales sobre el proyecto de reforma inmigratoria aprobado por el Senado, señal de que la conducción republicana ha declarado que el tema no será tratado en lo que resta del año.
La semana pasada los republicanos Mario Díaz-Balart (Florida) y Kevin McCarthy (California) dijeron que el tiempo ya se había acabado y que el debate podría retomarse en los primeros meses del 2014. Díaz-Balart advirtió que si no se aprueba antes de marzo el debate estaría muerto.
Los testimonios
Entre los niños del grupo viaja Brian Sánchez, de 11 años y ciudadano estadounidense, quien tiene dos hermanas que viven en México y su madre es indocumentada.
En Estados Unidos hay millones de niños estadounidenses como Sánchez que padecen la dura política de deportaciones. Durante la primera administración de Barack Obama el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) deportó a más de 1,6 millones de indocumentados.
Todos los niños tienen historias de sufrimientos extremos por el miedo a quedarse solos o que sus padres sean enviados a prisión y luego expulsados de Estados Unidos.
Los pequeños también han sufrido “el impacto de leyes estatales como la SB1070 en Arizona. Necesitamos una reforma migratoria», dijo Falcón.
Advertencia de La Raza
Ya en 2007 el Consejo Nacional de La Raza (NCLR), la principal organización hispana de Estados Unidos, había advertido que en Estados Unidos «hay 12 millones de inmigrantes indocumentados en situación de riesgo de detención y deportación, y alrededor de 5 millones de niños, de los cuales 3 millones son ciudadanos de Estados Unidos».
Agregó que la falta de una reforma amplia niega el empleo a padres de hijos estadounidenses, y con ello los sume en la pobreza y aumenta los riesgos en otras áreas tales como salud y educación.
También criticó la aprobación de recursos para aumentar la capacidad de detención del DHS y la deportación de inmigrantes indocumentados en vez de darles una oportunidad para que regularicen su estadía.
«Por cada dos adultos detenidos en una redada, por lo menos un niño resulta afectado», apuntó La Raza. «Y dos terceras partes de esos niños son ciudadanos estadounidenses».