En 2008 su condición fue descubierta. Ella se preparaba para ir a la escuela. Su mamá explicó que le cepillaba el cabello en la sala cuando la niña se desvaneció y sus labios se tornaron azules.
Ella creyó que su hija estaba sufriendo un ataque epiléptico -algo que jamás le había pasado-, de modo que llamó a los paramédicos.
Los doctores del Glasgow Yorkhill Hospital for Sick Children les dijeron a los padres de Megan que antes sólo habían escuchando de un caso más de este síndrome, que provoca que los órganos vitales colapsen en cuanto se acumule electricidad estática. El cerebro de los pacientes se apaga y estos dejan de respirar.
La solución para esta chica es relativamente sencilla. Antes de cepillar su cabello debe humedecerlo. Además, los médicos le han prohibido tomar parte en experimentos de ciencias que abarquen estática. La ropa brillante y los globos –que los niños suelen frotarse contra la cabeza para crear electricidad–, también están prohibidos para Megan.
Se cree que esta condición es un resultado de complicaciones durante el parto. En el caso de Megan, su mamá fue diagnosticada con pre-eclampsia tres meses antes de dar a luz, y la nena pesó solamente dos libras y cinco onzas al nacer.
Megan también sufre asma y otra condición llamada disfunción corriente dorsal, que no le permite ver los objetos que se mueven a gran velocidad –como una pelota en rápido movimiento.